Mal dia

239 14 0
                                    

(Narra Abel)
Amanecí entre los brazos de Adam. Me gusta que me abrace, es como mi santuario. Me encanta que me preste atención aunque suene egoísta.
-¿estás despierto?- susurro en mi oído causándome escalofríos, asentí.- ¿porque no duermes otro poco? Ayer casi no dormiste..- negué. El me ignoró y me acomodó las sabanas nuevamente.- Como esta tu pierna, te duele?..-moví la mano de arriba a abajo diciendo más o menos. Empezó a acariciar mi cabello suavemente, el sueño llegó en un pestañeo. Pronto comencé a ronronear y a mover mi cola de un lado a otro para finalmente enrollarla en la cintura de Adam...
(Narra Adam)
Abel se durmió a los segundos. Estaba cansado y lo entendía, despertó tantas veces que me llegué a preguntar si de verdad estaba durmiendo o solo se hacía hasta que se aburría. Me intenté levantar con cuidado pero note que la cola de Abel seguía enrollada a mi, la quite con cuidado y salí de la habitación.
-Buenos días joven Adam.¿Podemos ayudarlo en algo?¿Le traemos el desayuno?
-Necesito que me preparen algo liviano para Abel más una leche de chocolate. Y para mí, si me pueden preparar tostadas con manjar y un café con leche sería ideal. Gracias Matthew..
-¿Quiere que se lo traigamos a la habitación?
-Si no es molestia
- Con permiso.- Matthew caminó hasta las escaleras para seguidamente desaparecer por estas. Fui a la pieza de mis hermanos. Desde afuera de la habitación se escuchaba su conversación. Toqué la puerta para que Liam me abriera.
-¡Adam!¿Y Abel?
-Descansando
-¿Posemos despertarlo?- ambos me miraban con sus ojos bien abiertos.
-Hoy no, Abel está descansando porque tuvo una noche un tanto difícil..quería saber si ya tienen lo que les pedí..
-¿y tú, tienes lo que te pedimos?..-saqué los paquetes de gomitas y se los entregué. Ellos me pasaron los papeles en un sobre.-Cuídalo,lloramos mucho con..solo léelo.- asentí y me despedí.
Volví a mi habitación y Abel seguía durmiendo. Dejé el sobre a un lado y pasé mi mano por sus cabellos una vez más, era suave. Su cola se empezó a mover de nuevo, su expresión dejó de ser relajada y estaba empezando a soltar pequeños susurros que no se entendían.
-Abel..Abel..chiquito despierta.- luego de moverlo unos cuantos segundos se despertó pero desorientado. Antes de que intentara pararse lo detuve hasta que volvió a orientarse. Al ver su cara de confusión le expliqué.
-Empezaste a tener una pesadilla, te levantaste muy desorientado, que soñaste?.- negó repetidamente con la cabeza.
-Esta bien que duermas si te sientes cansado..- dije mientras lo veía bostezar.Unos leves toques en la puerta interrumpieron mi pequeño discurso. Abrí y me encontré con Matthew sosteniendo una bandeja con lo que le pedí- gracias.- él asintió y cerró la puerta. Me acerqué y dejé la bandeja. Le pasé a Abel un plato con yogurt y avena y dejé su leche a un lado. Repetí la misma acción con mis cosas y dejé la bandeja a un lado. Encendí la tele y dejé que Abel eligiera un programa, él negó
-Chiquito, necesito que puedas hacer las cosas sin que los demás te digan qué hacer. Puedes elegir lo que quieras, no me voy a molestar.- se encogió de hombros y yo suspiré y tomé el control. Lo dejé en las noticias sabiendo que la persona que estaba a mi lado las odiaba. Me dispuse a comer las tostadas mientras observaba como Abel se comía la avena con la cabeza gacha.
En otras noticias, la familia Ross planea irse unos meses a New York...
Abel prestó atención a lo que el hombre decía. Iba a cambiar el canal pero me arrebató el control y le subió a la televisión.
"Nos vamos por 5 meses. Estamos muy felices de poder ir con toda nuestra familia. Allá nos juntaremos todos para convivir y ponernos al día con nuestra familia más lejana como hacemos todos los años."- decía la mamá de Abel. Le quité el control y cambié el canal a los programas más infantiles. Abel seguía comiendo su avena en silencio. Puse una mano en su hombro pero la quitó.
-Abel..- me detuvo antes de que siguiera. Asentí y terminé mi desayuno. El resto de la mañana pasó en silencio. Cuando llegó Rafael con su padre, cargue a Abel hasta su auto para partir a la clínica para ver su pie. Se veía decaído y había intentado de todo para animarlo.
-Luego de esto vamos a comer en un restaurante, nos acompañan?- preguntó Rafa dándose la vuelta para mirarnos ya que el Iba adelante. Yo miré a Abel.
-Abel..- él se volteó y asintió restándole importancia. Rafa me miró y yo me encogí de hombros dándole a entender que le contaría después...
(Narra Abel)
Lo sabía. Ellos siempre arruinando mis pequeños momentos de felicidad. Sabían que yo quería ir para allá y lo hicieron igual..soy un tonto, un idiota..me odio, me odio,¡me odio!..
-m-m-me o-odi-o..- mi voz me sobresaltó al oír lo horrorosa que se escuchaba..me tomé el cuello intentando parar el dolor que sentía en la garganta. Tardé en darme cuenta de lo que había dicho y que todos me miraban. Estábamos estacionados en el estacionamiento de la clínica pero nadie se había bajado.
-Chi-chiquito..- abrí la puerta y salí del auto para caer y lograr que mi garganta se desgarre más al sentir el fuerte dolor al apoyar el pie para seguidamente caer al suelo. Me ayudaron a levantarme y Adam me cargó en brazos hasta una silla de ruedas..
___________________________
Cuando salimos y volvimos al auto el aire seguía tenso. Ya sabía que Adam les había contado el porque de mi comportamiento. El que mi "familia" y yo tengamos los sentidos más agudos que otras manadas en solo coincidencia..al ver que no íbamos camino a casa me reincorporé. Vi que parábamos fuera de un restaurante, palidecí. Rafa me entregó las muletas cuando abrí la puerta y revise bien la especie de yeso que me pusieron. Me bajé y empecé a moverme hacia el restaurante con mucha inseguridad y dificultad. Cuando entré, el olor a  comida me llenó. Mis ansias llegaron como un rayo y estaba muy nervioso cuando nos sentaron en una mesa y nos entregaron las cartas...
-¿Que vas a querer?- me preguntaron y yo empecé a temblar. Tengo miedo. Adam le dijo a la mesera que si volvía en un rato para poder decir, la beta asintió y se retiró.
-Abel, necesitas ayuda?- me preguntaron amablemente pero con las ansias, miedo y desesperación, negué con brusquedad...

InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora