El beso nunca llegó.
Ni siquiera tuve tiempo para acercarme hacía ella.
Se preguntarán el ¿por qué?
– ¿Disculpen?
Ese era él porque.
Lentamente me separé de Sky y respiré hondo pidiendo paciencia para no terminar asesinando a quien nos había interrumpido.
El rostro de Sky estaba de un tono rosado, lentamente se mordió el labio luciendo realmente avergonzada y dio una pequeña sonrisa, parecía algo molesta por la interrupción.
– Lo siento por interrumpir. – dijo el chico con tono de arrepentimiento, pero podía verlo, realmente no estaba arrepentido de habernos interrumpido, tenía una sonrisa de suficiencia dibujada en sus labios.
– Descuida. – dije suspirando volviendo a contar hasta cien para distraerme y no matarlo. Pero muy poco me prestó atención, toda ella estaba puesta en mi acompañante.
Podía notar la sonrisa que le brindaba a Sky y debía admitir que era una pequeña amenaza, parecía de nuestra edad, inclusive podía decir que más grande, una sonrisa colgate dibujada en su boca.
¿acaso todos tenían esas sonrisas? De seguro tenían un buen dentista, cabello rubio, ojos verdes, mejillas sonrojadas, parecía un querubín, pero había que desconfiar de éste.
– Como les dije, disculpen la interrupción, pero esto invita la casa. – dijo dejando una copa de helado, que recién me daba cuenta que traía, delante de Sky. – Espero que lo disfrutes.
Sky le sonrió amigablemente y procedió a comer el helado, mientras que mi cara ardía tanto como para derretir esa copa y el helado.
– ¿Sabes que no debes comer los dulces que te ofrecen desconocidos?
– ¿Quién eres, Gabriel Emerson? No es un desconocido porque ya me conoce, siempre me ofrece dulces cuando vengo aquí.
– Eso no me deja más tranquilo. – dije sonrojándome más por la ira.
– Estás celoso porque no causas ese efecto en la gente. Por eso, no te dieron dulces.
– Sólo lo hace porque gusta de ti, pero los dos sabemos que no tiene oportunidad y tú te estás aprovechando porque quieres comer dulces.
– Vaya análisis, pero sigo diciendo que estás celoso.
– Al menos podrías compartirme eso. –dije y Sky hizo como si pensara mientras llevaba una cucharada de helado a su boca.
– Podría, pero no quiero compartir.
– Entonces tendré que tomarlo por mis propios medios. – levantándome acaricie la comisura de su labio y lamí mi dedo con el resto de helado.
– Eso es jugar sucio y provocarme, ¿lo sabías?
– Cada quién tiene sus métodos, amiga.
Sky observándome con los ojos brillantes, tomó otro poco de helado y me lo acercó. La miré extrañado y ella alzó una ceja.
– No desconfíes de mí, sí está envenenado tendremos una trágica historia romántica como Romeo y Julieta.
– ¿Quieres una trágica historia conmigo? – pregunté a medida que la cuchara se acercaba a mis labios, pero antes de tocar la punta, Sky la alejó con una risa divertida.
Volvió a acercarla, pero como la primera vez, la alejó y soltó una linda carcajada.
– Deja de hacer eso. – dije colocando un puchero y Sky observó por unos minutos mis labios. Aprovechando la distracción, atrapé la cuchara con mis labios y saboree el helado de chocolate.
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My Little Sky [MLS]
Novela JuvenilSky quiere tener una vida normal, pero no puede. Quiere experimentar tantas cosas, entre esas cosas, conocer a un chico, enamorarse y tener un amor que la consuma, que la haga olvidar por un momento el secreto que tiene... pero de nuevo: no puede. H...