Capítulo 31

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#Narra Poché

Cuando dieron las cuatro todos salimos del mar y nos cambiamos hasta el momento hoy estaba siendo uno de los mejores días de mi vida pero Calle casi no había estado conmigo, la mayoría del tiempo se la pasaba con Vale y aunque me encantaba ver que ellas se llevaran tan bien me gustaría más que Calle se la pasara conmigo, pero por otro lado podía convivir más con los chicos porque en estos meses todos habíamos estado ocupados por x o y razón, pero bueno.

Cuando todos estuvieron listos Sebas se acerco a mí.

-Espero le haya gustado su regalo señorita Pochosaurus.

-Como no tienes idea tonto – lo abrace de nuevo.

-Bueno señorita Garzón, me alegra comunicarle que para su próximo destino yo seré su conductor designado nuevamente así que acompáñeme.

Caminamos hasta su auto y salimos de la playa, él puso música a todo volumen y durante el camino cantamos a todo volumen hasta casi quedarnos afónicos. Esta vez llegamos a otro restaurante que yo no conocía y como en los lugares anteriores estaban todos en una mesa y en el centro había otro regalo, Sebas y yo nos sentamos en las sillas que estaban vacías y Mario que estaba sentado a un lado mío se paro y comenzó a hablar.

-Se que a lo mejor debí haber elegido un lugar mejor, un lugar donde antes hubiéramos estado y nos hiciera recordar uno de nuestros mejores momentos estando juntos pero sé que esta vez yo quería hacer algo distinto, quería elegir un lugar x y hacer que se convierta en uno de los lugares con uno de los mejores recuerdos de tu vida, porque siendo exactos hoy hace nueve años nos conocimos, y hoy hace trece años comenzó esta amistad de tres junto con el señor Villalobos que poco a poco se iría convirtiendo en una de las amistades inseparables, ni las personas, ni los malos momentos nos separarían y mucho menos lo haría la distancia. Gracias por haber regresado a nuestras vidas y seguir siendo los tres mosqueteros que un día dijimos ser, gracias por estar siempre en todo momento y sé que así seguirá siendo. Siempre estaré para ti en las buenas y en las malas porque te adoro y siempre serás mi hermanita.

Mario me abrazó y me paso la caja que había en el centro, al abrirla me encontré con una hermosa foto de nosotros junto a un morralito hermoso.

-Por cierto el morral me ayudo a escogerlo Pau, espero te haya gustado.

-Me encanto, muchas gracias.

Volví a abrazarlo y nos sentamos Calle estaba justo en frente de mi y al lado de ella estaba mi hermanita, ellas se susurraban un par de cosas y luego volvían a la comida, Calle me miraba de vez en al igual que yo y cada que nuestras sonrisas se cruzaban nos sonreíamos hasta que alguien de nuestros amigos o mi familia nos hablaban.

Al terminar de comer Mario se acercó a mí.

-Es hora de irnos.

-¿Ahora a donde?

-Poché aun faltan un par de cosas más, tú solo disfruta.

Nos subimos al carro y el siguiente lugar era la casa de Sebas y se me hacía muy raro porque Sebastián ya me había dado mi regalo pero de igual forma no dije nada, también por un momento pensé en Calle ya que aquí nos habíamos conocido pero espere a que llegáramos para saber de quién se trataba.

Al entrar todos estaban en la sala menos mis papas, y el regalo en la mesa del centro, Johann se paró de donde estaba y se acercó a mí.

-Está es solo una pequeña parada porque quería recordar el momento en que nos conocimos y lo importante que te has convertido para mí y gracias por ser mi amiga... ¿Qué más les digo?, bueno a mí me gustaba Poché – justo en ese momento voltee a ver a Calle y ella hizo una cara de que no le había gustado para nada lo que él había dicho – y esto lo digo porque a pesar de eso no nos alejamos y te lo agradezco.

Nos abrazamos y yo solo amaba ver la cara que ponía Calle, Johann me paso el regalo y adentro venía un suéter rojo muy lindo, le di otro abrazó y después me acerque hasta Calle.

-Hola – dije al llegar hasta ella.

-Hola – ella sonrió - ¿Cómo te la estas pasando?

-Muy bien pero ¿por qué has estado tan apartada?

-Porque hoy debes de convivir con todos nosotros y no solo conmigo, te he robado durante estos meses y casi no sales con ellos, creí que debía darte espacio.

-Te amo.

-Y yo a ti mi pequeño pollo azul – puse mi mano en su mejilla con la intensión de que acercarme a ella para besarla pero cuando estuve a punto de juntar nuestros labios llego Vale hasta nosotras o mejor dicho hasta Calle.

-Calle, ¿puedes venir tantito?

-Claro pulguita. Lo siento amor, me necesita, ahorita vuelvo.

Calle se fue con Vale hasta la cocina e imagine que quería que le ayudara a servir agua, estuvimos platicando con los chicos durante un buen rato y como a las siete Johann se paro, imagine que él seria quien me llevaría hasta el próximo destino pero vi como Calle se acercaba a Sebas y le decía algo en el oído, luego Sebas se acerco hasta Johann y él hizo una mala cara pero solo asintió y Sebas se me acerco nuevamente.

-Señorita Garzón cómo ve usted tiene el hermoso privilegio de que yo sea su chofer designado por tercera vez.

-¿Calle te mando cierto?, le tocaba a Johann llevarme pero ella te ha pedido que me lleves tú.

-No, bueno si, pero no le digas que te dije – yo solo sonreí y salí de la casa junto con Sebas.

Veinte minutos después llegamos a mi casa siendo que mi casa quedaba a diez minutos de la de Sebas pero bueno imaginaba porque. Entramos a mi casa y todo el lugar estaba decorado con globos y en el centro de la mesa ahora había tres regalos y un pastel enorme.

Todos tomaron lugar en la sala menos mis padres y Vale.

-Tus amigos son únicos, son especiales y sobre todo son leales – dijo mi mamá.

-Pequeña, hoy hace diecinueve años llegaste tú a cambiar nuestras vidas y desde ese momento nos has iluminado cada momento, nos has dado las mejores alegrías y uno que otro susto.

-Has sido una hija ejemplar y estamos muy orgullosos que seas nuestra hija, sin duda alguna no hubiéramos podido encontrar una hija mejor que tú y que tu hermanita sin duda alguna, ambas son nuestros mayores tesoros y quiero que sepas que te amamos.

Ambos me abrazaron y me entregaron una de las cajas, al abrirla había una hermosa cámara profesional que quería hace muchísimo tiempo, los volvía a abrazar y les di un beso a cada uno en la mejilla.

-Poché, yo no sabía que decirte, yo no sabía que regalarte pero Calle me ayudo y al final encontré las palabras perfectas junto al regalo perfecto, eres la mejor hermana que pude haber deseado y te agradezco que siempre estés conmigo cuando no puedo dormir y cuando tengo problemas con mi tarea, eres la mejor y adoro que estés tan feliz al lado de Calle, eres única y cuando crezca quiero ser como tú.

Durante todo el día había logrado soportar y no llorar pero con Vale no lo logre y estaba llorando a mares, ella me entrego la pequeña caja que había en la mesa y adentro había unas fotos de nosotras junto con unos dulces y labiales y una blusa negra hermosa. La abrace y le di un montón de besos por toda la casa. Mis padres junto con Vale se sentaron y ahora Calle era quien se levantaba.

-Bueno, antes que nada quiero decir gracias a tus papas por dejarme robarles su momento especial – Poché...

¿Siempre juntas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora