Capítulo 32

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#Narra Calle

Realmente creo que en ningún momento de mi vida estaba tan nerviosa como ahora, tenía a los papas de Poché y a nuestros amigos a nuestro alrededor escuchando cada palabra que yo mencionaba. Sabía que si decía una tontería los padres de Poché se enojarían pero de un momento a otro todo el discurso que tenía preparado para ella se esfumo de mi mente y lo único que podía hacer era hablar desde el corazón.

-Poché, mi vida ha cambiado desde el momento en el que llegaste a mi vida, te has convertido en una parte esencial para mí y sin duda alguna nadie me había llegado a apoyar como tú lo has hecho en estos últimos meses, gracias por nunca dejarme sola, por ser la persona que siempre estuve buscando y llego en el momento que más lo necesite, sin duda alguna todo comenzó de una manera muy extraña y siento que no se qué haría con mi vida si te vas de mi lado, hace siete meses comenzamos una nueva y diferente etapa y quiero que sepas que han sido los siete meses donde he sido más feliz. Te amo y siempre te amare porque no quiero imaginarme un futuro si no es a tu lado. Sé que hay mucho por decir y poco tiempo pero quiero que sepas que a pesar de todo siempre te amare. Yo al igual que tu hermano no encontraba el regalo perfecto para darte pero sé que encontré uno especial y hermoso y espero que te guste.

Calle tomo la caja que quedaba en la mesa y que era la más grande y al abrirla me encontré con un hermoso Pug muy pequeño.

-¡Oh por Dios! Amor, es realmente hermoso.

La abrace y la bese como lo había deseado durante todo el día, estuvimos cantando, bailando y comiendo pastel junto con todos los demás y yo solo podía pensar como había logrado que ella se fijara en mi, en estos momentos deje que su familia estuviera con ella y yo me la pasaba más con Sebas y Vale, cuando dieron las diez los chicos se fueron pues ellos sabía que aun faltaba mi momento con ella y quería que fuera a solas. Cuando se terminaron de ir los chicos los papas de Poché se excusaron de que estaban muy cansados y que sería mejor ir a dormir y me quede sola con Poché en la sala.

-Hoy ha sido un día increíble, muchas gracias.

-¿Te la pasaste bien? – me acerque hasta toar su cintura entre mis brazos.

-Como nunca antes.

-Y aun falta una cosita más.

-¿Ah sí?

-Sí. ¿Vamos?

Tome su mano y salimos de su casa sin hacer mucho ruido, nos subimos a mi auto y comencé a manejar.

-¿A dónde me llevas?

-Es una sorpresa.

No dije ni una sola palabra y seguí manejando hasta llegar a nuestro destino que estaba un poco muy alejado de la sociedad, estábamos en una cabaña que estaba cerca de un pequeño bosque y era sin duda el mejor lugar que había encontrado para pasar su cumpleaños. Entramos a la cabaña y Poché seguía sin decir palabra alguna, entramos a la habitación y en el centro de la cama había una pequeña caja, alrededor de ella había pétalos de rosas y había pequeñas velas por toda la habitación.

-Se que a lo mejor no dije las palabras indicadas estando en tu casa, se que a lo mejor no he logrado convencer a tus padres de lo mucho que te he llegado a amar, pero si al final del día tú sabes lo mucho que me importas y lo mucho que te amo nunca me va a importar lo que piensen los demás. A veces suelo no mostrar lo que siento pero sin duda alguna quiero demostrarte todo lo que me haces sentir, todo lo que me haces pasar con solo rozar tus labios a los míos, o con solo pasar uno de tus dedos sobre mi piel. Quiero que recuerdes cada momento juntas porque es único y cada día va a ser más especial siempre y cuando yo pueda lograrlo, recuerda que te has convertido en todo para mí y que pase lo que pase el tiempo nunca va a terminar con este sentimiento tan grande que tengo hacia ti – tome la pequeña caja que había en el centro de la cama y la abrí – no quiero que pienses que justo ahora te estoy pidiendo matrimonio, y tampoco quiero que pienses que no lo quiero hacer, porque realmente me encantaría pasar el resto de mi vida a tu lado, pero este anillo representa lo mucho que te amo, más que para pedirte algo es para que cada que lo mires, cada que lo tengas entre tus manos me recuerdes y cada que sientas que te hago falta y yo no esté a tu lado lo mires y recuerdes que tú eres muy fuerte y sobre todo recuerdes que te amo.

-Calle, yo, yo no sé qué decir – un par de lagrimas corrían por su mejilla y con mi mano las retire antes de que llegaran a sus labios.

-No digas nada, solo dime que me amas, que me amas y que siempre me amaras.

-Te amo Daniela Calle, te amo como nunca llegue a amar y siempre te amare.

Junte sus labios a los míos y la tome por la cintura, la abrace y la pegue lo más posible a mi cuerpo hasta sentir que no habría distancia que nos separaría. La bese una y otra vez por cada parte de su cuerpo, por cada rincón de su piel, mis manos acariciaron su figura y mis dedos la hicieron tocar el cielo como la primera vez, y así sin darnos cuenta la noche paso y junto a ella llego el amanecer, mi cuerpo junto al de ella, el sol lograba apreciarse por la ventana y no había mejor sensación que tenerla entre mis brazos después de un día tan especial a su lado, tome su mano y vi el anillo entre sus dedos y una sonrisa se formo en mis labios, sin duda alguna recordaría esta noche como una de las mejores noches de mi vida, mire su rostro completamente relajado y decidí sería momento de dormir junto a ella.

¿Siempre juntas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora