Capítulo 40

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5 años después

#Narra Poché

Ya habían pasado cinco años desde que Calle se había ido, intente comunicarme con ella de cualquier modo, día tras día iba a su casa pero siempre estaba sola, le preguntaba a los chicos si sabían algo de ella pero siempre obtenía la misma respuesta, era como si se hubiera esfumado de la tierra, cerro sus cuentas, cambio su número de teléfono y por más que intentaba no lograba localizarla, después de un año y medio de buscarla Sebas, Mario, Johan, Jacobo y Pau estaban demasiado preocupados por mi pues había dejado de comer, me desmayaba a cada rato y casi no lograba dormir, hablaron conmigo y había llegado a la conclusión de que todo había terminado, que tenía que olvidarme de ella y que tenía que mejorar si no quería que un día me desmallaría y no volvería a despertar. Desde ese momento empecé a cambiar, empecé a estudiar fotografía y tres años después mi vida había mejorado considerablemente, no puedo mentir, hay noches en que aun sueño con ella, hay momentos donde me encantaría poder volver a besarla o simplemente abrazarla, pero ahora podía decir que había sobrevivido a su recuerdo.

Había decidido que era hora de mudarme de casa, mis padres al verme tan mal dejaron de viajar tanto y estaban más tiempo en casa pero yo necesitaba mi propio espacio para conseguir armar mi propio estudio y sacar adelante mis sueños. Conforme a mi vida amorosa, había tenido un par de relaciones pero después de unos cuantos meses terminábamos, una de ellas había sido Jacobo, al enterarse de que Calle se había ido y yo estaba muy mal empezamos a conversar más y él me había ayudado bastante pero después de once meses teníamos que terminar, él se iba a ir de la ciudad para estudiar en Los Ángeles y yo no quería irme de aquí y tampoco quería que lo nuestra relación se arruinara así que decidimos dejarlo y ser buenos amigos hasta que el decidiera regresar y si ambos seguíamos sintiendo lo mismo lo volveríamos a intentar, hace poco habíamos hablado y él había regresado a Bogotá ayer por la noche y habíamos decidido hablar hoy y saber que había sucedido con nosotros en estos años.

Hoy había salido a caminar por la ciudad, apenas eran las siete de la mañana pero ya era parte de mi rutina salir a caminar a esta hora, por una parte lo hacía por mi y por otra lo hacía porque me recordaba a Calle y me hacía sentir cerca de ella, hoy tenía que ir a cenar con Jacobo y tenía que ir a tomar unas fotografías así que no podía distraerme mucho.

Al llegar a mi apartamento me metí a bañar y decidí ponerme algo cómodo, fui hacia la cocina y me prepare un pequeño desayuno, unos hot cakes, un poco de fruta picada y un vaso de jugo, cuando termine de desayunar note que tenía varios mensajes de las empresas para las que había comenzado a trabajar y ocupaban que sacara nuevas fotos, leí los correos y me di cuenta de que hoy tenía una buena oportunidad de tomar las fotos como ellos las deseaban, eran tres empresas distintas y cada una ocupaba algo que la identificara y yo sabía exactamente que era así que regrese a mi habitación me puse un pantalón rasgado, una blusa negra junto con mis tenis blancos y una chaqueta de cuero, tome mi cámara y salí de mi apartamento, llame a una amiga llamada Alba que era la chica perfecta para las fotos de la primera empresa que iba a tomar.

Dos horas después había llegado al sitio indicado, estaba en una playa que quedaba a un par de horas de Bogotá pero que era un lugar demasiado hermoso, casi nadie venia acá y sabia que muy pocas personas sabían de la existencia de este lugar así que era mi momento de aprovecharlo.

Acomode todas mis cosas y diez minutos después llego Alba junto a su esposa Aida, ambas me saludaron y le di indicaciones a Alba de que era lo que necesitaba que hiciera, decidimos que sería buena idea tomar unas cuantas fotos de ambas juntas y así lo hice, dos horas después habíamos terminado con las fotos y ahora tenía que ir al segundo lugar para la segunda empresa. Ahora había llamado a otra amiga llamada Lauren y esta vez la ubicación seria en la ciudad, dure alrededor de una hora y media con ella, tomando las fotos necesarias y habían salido perfectas y por ultimo para la tercera empresa había decidido que iría hacia el bosque y en este caso llame a Sebastián y le pedí que trajera a su novia llamada María Laura, al llegar ellos ya estaban ahí, los salude y como ninguno de los tres tenía mucho tiempo empezamos con la sesión de fotos, como esta empresa era mucho más exigente dure tres hora en tener las fotos indicadas y todos teníamos que irnos, me despedí de los chicos prometiendo pronto ir a comer juntos y me dirigí a mi departamento, en el camino me di cuenta que ya eran las siete de la tarde y mi cena con Jacobo seria a las nueve, así que no tenía mucho tiempo, al llegar me metí a bañar y me puse un pantalón pegado color negro junto con mis botines del mismo tono y una blusa blanca suelta que dejaba ver el tono de mi brasier que también era negro, me maquille lo suficiente y me deje el pelo suelto, mire el reloj y faltaban quince minutos exactamente a las nueve así que subí a mi auto y maneje hasta el restaurante donde Jacobo me había dicho que me esperaría. Al llegar el me esperaba en la puerta y como había un chico que se encargaba de estacionar los autos le di mis llaves y yo me baje al encuentro con Jacobo.

-¿Espera a alguien señorita? – dijo él en forma de juego. Traía un pantalón de mezclilla junto con una camisa y un sacó y siendo sincera se veía demasiado bien y me había hecho recordar el tiempo que habíamos estado juntos.

-Pues siendo sincera, si, pero creo que mi cita de hoy no le va a molestar que pase la noche con una persona como usted.

-¿Cómo yo? – ambos sonreímos.

-Sí, un hombre tan apuesto y tan alagador.

-En ese caso permítame invitarle la cena de hoy bella dama y permítame preguntar, ¿Cómo ha estado la pequeña más hermosa de este planeta? Te extrañe mucho – envolvió sus brazos alrededor de mis cuerpo y yo pase los míos por su cuello, extrañaba abrazarlo de esta manera.

-Y yo a ti.

-¿Entramos?

-Vamos.

Nos metimos al restaurante y un mesero nos llevo hasta nuestra mesa, nos dio las cartas y tomo nuestra orden mientras que Jacobo y yo nos poníamos al día de todo lo que había pasado en estos años, lo había extrañado demasiado y ambos habíamos acordado de que los dos seguíamos sintiendo algo muy especial el uno por el otro. Al llegar el postre Jacobo se levanto de su asiento y se acerco a mí.

-Antes que nada quiero preguntarte algo, ¿Aún sientes algo por mi? – esa pregunta me había sacado de onda pero sabía que a fin de cuentas estábamos aquí por eso, para saber si nuestra relación seguiría como amigos o algo más.

-Lo hago, nunca deje de hacerlo – y estaba siendo sincera, él se había ganado mi corazón en el tiempo que estuvimos juntos y me había ayudado demasiado.

-Poché, tengo que ser sincero contigo, realmente estaba muy nervioso esta noche pues no sabía si después de casi tres años separados tú seguirías sintiendo lo mismo que yo por ti, se que hubo momentos malos y buenos y quiero serte cien por ciento sincero, yo te sigo amando y cada día que pasaba desde que tuve que separarme de ti me di cuenta de que lo que sentía por ti se hacía más y más fuerte y sé que tú eres la mujer con la que quiero pasar el resto de mi vida y quiero crear una familia a tu lado – en ese momento yo no podía creer lo que estaba pasando y Jacobo se arrodillo delante de mí con una pequeña caja entres sus manos que al abrirla mostraba un hermoso anillo dentro de ella – María José Garzón, ¿me harías el honor de ser mi esposa y compartir una vida juntos?

¿Siempre juntas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora