Capitulo 5

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#Narra Calle 

-Hace mucho quería decirte esto... - esa voz, esa voz otra vez.

-¿Qué cosa? - dije yo.

-Me gustas... 

-¿Donde estas? - se que esta cerca de mi pero no logro saber donde.

-Cierra tus ojos...

-Listo, ¿ahora? - cerré mis ojos y sentí una respiración muy cerca de mi rostro, lo primero que vino a mi mente fue abrir los ojos para poder descifrar de quien se trataba.

-No se vale abrir los ojos - dijo como si leyera mi mente justo en ese momento.

-Quiero saber quien eres - sentí como tomaba mis manos y las ponía en sus hombros para que yo rodeara su cuello mientras tomaba mi cintura entre sus brazos.

-Pronto lo sabrás princesa - poco a poco sentía su respiración mas cerca hasta que sentí sus labios junto a los míos, primero fue algo suave, delicado, demasiado tierno, como si fuera su primer beso y no quisiera arruinarlo por nada del mundo, jale su nuca acercándonos lo mas posible y poco a poco todo iba subiendo pero ella no dejaba de ser tierna y delicada, su lengua pedía permiso para encontrarse con la mía y sin dudar acepte, era sin duda el mejor beso que había tenido. Cuando nos falto el aire nos separamos y junto su frente con la mía - nos vemos pronto princesa... - dijo para después yo dejar de sentir sus manos, abrí mis ojos y estaba en mi habitación, tome mi teléfono y tenia un mensaje de Sebas preguntando como me encontraba y siendo realistas no muy bien, me dolía un poco la cabeza y claramente tenia resaca, baje a la cocina y tome un par de pastillas.

- Buenas tardes señorita Daniela, ¿gusta que le haga algo de comer? - me pregunto Antto.

-Si Antto por favor.

Me subí a bañar y a revisar la hora, apenas eras las 11 y ya no alcanzo a salir a correr, me metí a bañar para quitarme el olor que traía encima y me pongo ropa deportiva para bajar a desayunar unos hot cakes junto a un vaso de jugo de naranja y después me voy al gimnasio en el sótano con la música a todo volumen, durante dos horas hice de todo, termine toda sudada y me di otra ducha rápida, me metí a mi habitación y me puse a leer  Escrito bajo el agua, me gusta mucho ese tipo de lectura aunque siendo sincera me gusta de todo tipo pero me llama más la atención cuando se trata de suspenso o misterio, después de unas dos horas leyendo decidí que hacía un buen clima como para ir a nadar a la playa, me puse un traje de bajo de una sola pieza de color rojo y un short con una blusa encima, tome mi auto y maneje hasta la playa más lejana donde sabia que no se encontraba nadie, después de una hora de camino, me estacione y fui directo a la arena para dejar mis cosas, me quite el short y la blusa y me metí al agua, dure un buen rato dentro del ella y como no había nadie al rededor no me preocupaba mucho por mis cosas, cuando sentí que ya era momento salí del agua y me recosté en la toalla que traía en mi mochila, se estaba haciendo tarde y el sol empezaba a desaparecer.

-Es hermoso, ¿no lo crees? - dijo una voz a un lado de mi que realmente me asusto pues yo no me había dado cuenta, voltee y era ella.

-¿Qué haces aquí Poché? - pregunte sin quitar mi vista de la hermosa puesta de sol.

-Lo mismo iba yo a preguntar - dijo para después tomar asiento a un lado de mi, nos quedamos calladas, el sol cada vez se veía menos y la luna se asomaba en su lugar.

-Es realmente hermoso, ¿no crees?

-¿El que? - dije con intriga pero sin voltear a verla.

-Como el sol es tan valiente como para morir cada noche para dejar resplandecer la luna en su lugar y que acompañe a aquel que la necesite y de igual forma como la luna le da paso al sol para luminar a todo aquel que lo necesite.

-Lo es - fue lo único que dije mientras yo solo disfrutaba de este momento, envolví mis piernas con mis brazos, empezaba a hacer un poco de frió.

-Toma, cúbrete, hace frió y puedes enfermar - dijo para después pasarme la chaqueta que traía ella puesta y ponerla sobre mis hombros.

-No es necesario, puedes enfermarte tú... - dije volteando para entregarle su chamarra pero ella ya no estaba ahí. Me vestí, me puse la chamarra, guarde todo y volví a mi auto para ir a casa, estaba cansada y lo único que quería era dormir.

Al llegar a casa subí a darme una ducha y me puse algo cómodo y baje a cenar, cuando iba a subir a mi habitación llegó mi madre.

-¿Se puede saber por qué eres tan idiota Daniela? - fueron sus primeras palabras y siendo sincera no esperaba menos de ella.

-¿Se puede saber ahora que hice? - dije intentando sonar mucho mas tranquila de lo que realmente estaba.

-Haber nacido y haberme arruinado la vida - auch, eso si había dolido.

-No fui yo quien te pidió traerme acá, estaba mucho mejor en el internado no se porque mierda me sacaste.

-Eso no te incumbe Daniela.

-Y tú no tienes porque gritarme siempre y mírate no hay día en el que pares.

-Cállate de una buena vez.

-Y si no lo hago ¿qué?, ¿me vas a pegar? - dije gritando pero solo sentí como su mano impactaba en mi mejilla. - te odio - dije para después salir de ese lugar. Era tarde, hacia frió y no traía mi teléfono, camine sin rumbo durante un par de horas hasta llegar a un parque que no reconocía y me senté en una banca.

-¿Por qué sigues sin chaqueta con este frió? - dijo nuevamente aquella chica que estaba conmigo en la playa.

-¿Acaso me estas siguiendo María José?

-Por favor solo dime Poché y no, no te estoy siguiendo pero dime ¿qué haces tan noche por aquí y sin chaqueta?

-Larga historia... - dije simplemente, no tenía ganas de hablar.

-La noche es larga y tanto la luna como yo estamos felices de escucharte - dijo para después ponerme otra chaqueta sobre los hombros.

-Tal vez en otro momento, ahora tengo que volver a casa - dije mientras me levantaba de aquel lugar.

-Bueno, te acompaño - dijo para después ponerse a un lado de mi y empezamos a caminar ambas sin decir palabra alguna hasta llegar a mi casa.

-Gracias - dije simplemente y le iba a devolver su chamarra.

-No tienes porque agradecer, conservala al menos así tendré una excusa para volver a verte.

-Pero aun tengo la otra.

-Mucho mejor - dijo ella para después dar media vuelta y desaparecer de mi vista, entre a casa y me fui directo a mi habitación aunque ni siquiera había alguien en la sala y pareciera que no hubiera nadie en la casa sabía que mi madre estaba en su habitación y de mi padre no tenia ni la mas mínima idea, subí a mi habitación, colgué la chamarra al lado de la otra y me acosté en mi cama intentando conciliar el sueño, tome mi teléfono y ya eran las tres de la mañana y al parecer el insomnio se haría cargo de mi esta noche.

¿Siempre juntas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora