Capítulo 49

2.2K 204 5
                                    

#Narra Poché

Estaba a punto de matar a la persona que estaba detrás de la puerta, en realidad no tenía idea de quién podría ser pero estaba segura que ahorcaría con mis propias manos a quien fuera. Estaba a punto de abrir la puerta cuando volvió a sonar a todo lo que daba, me estaba molestando demasiado así voltee a ver a Calle y ella estaba recargada con los ojos cerrados, estaba decidiendo entre abrir la puerta o ir hasta Calle y hacerla mía pero la puerta volvió a sonar así que me decidí a abrirla solo un poco.

-Hasta que por fin decides abrir.

-¿Tú qué haces aquí Jacobo? – no podía dejarlo pasar, voltee hacía Calle haber si se había dado cuenta pero al parecer se había quedado dormida pues no se movía ni un poco.

-Decidí venir de sorpresa a visitarte – abrí un poco más la puerta y antes de que él se decidiera a entrar yo salí y cerré la puerta detrás de mí.

-Jacobo, no puedes hacer esto, tienes que avisarme.

-Pensé que sería algo bueno, pero bueno, ya estoy aquí, mejor déjame pasar y no sé, podemos hacer algo divertido – dijo mientras me tomaba de la cintura y se aceraba a mi cuello.

-Jacobo, créeme no es una buena idea, no me siento bien, me he sentido muy cansada en estos días – dije mientras me alejaba de él.

-Entonces vamos, yo te cuido.

-Jacobo, por favor, ahora no, vete – sabía que él era un buen chico, siempre fue muy lindo conmigo y no se merecía esto, pero, no sabía qué hacer.

-Está bien, me voy, ¿hablamos en la noche?

-Claro, adiós.

No di tiempo a nada y me metí al depa cerrando la puerta al instante, me recargue en ella y mi corazón se estaba acelerando, voltee hacia el sillón y Calle seguía en la misma posición, me acerque a ella y note que su respiración estaba demasiado relajada, estaba dormida, no quise despertarla así que fui al cuarto por una cobija y se la puse encima, me acosté por un lado y me quede dormida junto a ella.

Unas horas después me levante pero el sillón estaba vacío, al principio pensé que todo había sido un simple sueño, me habían pasado muchísimas veces pero escuche que alguien salía de la cocina, me levante del sillón y Calle estaba sirviendo un poco de pasta en dos platos junto con un poco de agua de limón.

-Al fin despiertas dormilona, ¿Cómo dormiste?

-Como no tienes idea – lleve los platos hasta la mesa y Calle llevó los vasos, nos sentamos y comencé a comer – ¿Qué vas a hacer después?

-Pues ya es tarde, se supone debería estar ya en mi departamento.

-¿Quieres quedarte? – no tenía ni idea si eso sería una buena decisión, pero tampoco quería que se fuera.

-¿Segura? – lo veía en sus ojos, ella estaba esperando que yo dijera que sí y yo no pensaba decirle que no.

-Sin duda alguna, ¿quieres?

-Claro, por cierto tu departamento esta hermoso.

-Gracias.

Terminamos de cenar y decidimos sentarnos un rato a ver la televisión, en realidad yo ni la estaba viendo por pensar en que parecía como si nunca se hubiera ido, ¿esto sería lo que estaríamos haciendo si ella nunca se hubiera ido?, lo más probable es que sí, me sentía tan plena en este momento, tan llena de alegría y solo la tenía a mi lado.

-¿Pasa algo? – no había notado en qué momento se dio cuenta que no me importaba lo más mínimo la televisión.

-Te extrañe Calle. Te extrañe mucho, se que a lo mejor no es el mejor momento pero, ¿por qué le dijiste a mi hermana a donde ibas y a mí no?, ¿por qué llegaste ahora?

Sabía que estábamos teniendo un hermoso momento pero tenía la duda y no podía dejar arruinar lo que tenía con Jacobo si Calle no me decía la verdad que tanto necesitaba.

-Sabía que tu hermana me guardaría el secreto, y si te lo decía a ti, eras capaz de pedirle a tus padres que te llevaran hasta Madrid con tal de ir por mí, te conozco. Poché, alguna vez te preguntaste el porqué nunca te presente a mi familia.

-Muchas veces, ni siquiera me dejabas acercarme mucho a tu casa cuando estaba alguien de tu familia – ambas nos acomodamos mejor en el sillón quedando frente a frente, tomo mis manos entre las suyas y las llevo hasta sus labios.

-Sabía que el día en que mis padres se enteraran, ellos no iban a reaccionar de buena manera, o bueno, mi madre, desde antes tenía muchos problemas con ellos al punto de que prefería nunca estar en casa para no verlos aunque a ellos poco les importar el si estaba o no, y cuando llegaste tu a mi vida deje de pensar en ello, me centre en ti, en nosotras y en el amor que tanto había estado necesitando, si ellos se enteraban harían cualquier cosa por separarnos y así ocurrió, cuando mi madre se entero las peleas crecieron mucho más, y tus padres recién había llegado así que no quería decirte nada porque estabas demasiado feliz, tu felicidad era la mía y no quería agobiarte.

-Calle...

-Espera, déjame terminar. El día de nuestra pelea en la madrugada mis padres me habían dicho que me despidiera bien de ti la próxima vez que te viera pero yo no hice caso, no sabía a lo que se referían y no quería imaginarlo, poco me importaba, hasta que llegue acá y nos peleamos, se que ese día dije cosas muy estúpidas y tu no lo merecías, al llegar a casa todo estaba empacado y me obligaron a empacar lo mío, iba a regresar a tu casa pero mi madre me amenazo, si yo volvía a hablar contigo o si tu llegabas a buscarme ella se encargaría de destruirte, a ti, a tu familia y a mi amigos, lo último que quería era que todo empeorara así que no pude volver a hablar con nadie – yo estaba con lágrimas en los ojos al igual que ella pero no salía palabra alguna de mis labios – durante todo el tiempo que estuve allá nunca volví a estar con nadie, no salía, no comía y todas las noches pensaba en como estarías tú, al despertar pensaba en ti, cuando fui a la universidad, solo pensaba en ti y siempre soñaba contigo. Yo nunca te olvide Poché – Sus palabras me dolían, yo si estuve con otras personas y ella no, pero al contrario de ella yo no sabía que regresaría. Ella puso uno de sus manos en mi mejilla y limpio un par de lágrimas que corrían por mis mejillas – por favor, no llores.

-Es que tú solo pensaste en mí y yo solo pensé en mi misma, nunca me puse a pensar en lo que tú estabas viviendo.

-Eso no es tu culpa. ¿Quieres ir a dormir? – yo no conteste, simplemente nos levantamos del sillón y apagamos las luces y la guie hasta mi cuarto – Poché, yo puedo dormir en la sala.

No hice caso a su comentario y seguí caminando hasta entrar en la habitación, destendí la cama y me acosté en ella sin soltar a Calle, ella se quito la blusa y el pantalón.

-Espero no te moleste, no suelo dormir con ropa.

-Lo sé – en realidad lo recordaba, siempre se desvestía y solo se quedaba en ropa interior cada que íbamos a dormir y yo me quedaba con una blusa y mis bragas así que también retire mi pantalón y me volví a acostar, nos cubrí a ambas con la sabana y sus ojos no se despegaban de los míos, hasta que poco a poco el sueño me iba ganando y mis ojos comenzaban a cerrarse.

-Poché – dijo mientras sentía una de sus manos acariciar mis labios como lo hacía siempre antes de dormir, subió a mi mejilla y detallaba cada parte de mi rostro – también te extrañe demasiado.

¿Siempre juntas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora