¿Siempre juntas?

EPILOGO

Me desperté con una sensación de ahogo en mi pecho, no puedo creer que aun después de varios años las cosas no mejoren ni un poco para mí. Mire el reloj que había en mi mesa de noche y apenas pasaban de las cinco y media de la mañana, el sueño se había ido por completo, me levante de la cama con mucho cuidado para no despertar a la persona que había a mi lado y fui hacía el ropero, tome una sudadera, un pans y mis tenis, me cambie y salí del apartamento, dure al menos media hora caminando hasta llegar al cementerio, camine hasta la tumba indicada y me senté a un costado, sin saber qué hacer, sin saber qué decir, y simplemente me deje llevar.

-Creo que no debería estar aquí, ya han pasado seis años y aun hay noches en las que no puedo ni dormir, dime, que hago, como te saco de mi cabeza, aun hay noches en las que revivo ese momento, una y otra vez.

Flashback

En cuanto termine de leer la carta Vale y yo nos quedamos viendo al parecer ambas teníamos el mismo pensamiento.

-Tienes que ir por ella, no puedes dejar que se vaya.

-Vale, ni siquiera sé a qué hora era su vuelo.

-Es a las doce y tienes menos de media hora si quieres llegar antes de que se vaya.

No lo pensé dos veces y comencé a cambiarme, me quite el vestido y en menos de diez minutos ya íbamos de camino al aeropuerto, Vale le había hablado a Sebas y el dijo que quería ir con nosotras llego al departamento y se fue con nosotras, el camino se hizo eterno, faltaban quince minutos para que el avión despegara y no sabía siquiera como iba a pasar la seguridad, llegamos diez minutos antes de las doce y no había estacionamiento así que tuve que bajarme yo, corrí en dirección a las puertas de abordaje y en seguida un guardia me detuvo.

-¿A dónde con tanta prisa señorita?, necesito ver su pase de abordar.

-Mire, no tengo mucho tiempo para explicar, el amor de mi vida está a punto de irse en uno de esos aviones si no hago que cambie de parecer, por favor necesito que me deje ir.

-No puedo hacer eso chica, necesito que te vayas.

-Venga conmigo si quiere, no tardare nada, haré lo que sea pero tengo menos de cinco minutos para llegar, por favor, lo necesito.

El guardia se quedo pensando un par de minutos que eran eternos, me pidió un par de credenciales y después me dejo pasar, corrí lo más rápido que pude sin ver el reloj, no quería saber qué hora era, sabía que había tardado demasiado con el guardia y lo corrobore al llegar a la sala donde se supone que el avión de Calle despegaría, me acerque a una chica preguntando por el vuelo y me dijo que ya estaba cerrada la entrada, mire por las ventanas y el avión comenzaba a moverse y una lagrima resbalo por mi mejilla, comencé a alejarme de la sala y antes de dejarla por completo se escucho por los altavoces como anunciaban el nuevo vuelo hacia Madrid, corrí de regreso a la sala y ahí estaban todos incluida ella, estaba por subir nuevamente a su avión cuando grite su nombre.

-Daniela Calle, te prohíbo que subas a ese avión – ella volteo sorprendida y yo tenía una sonrisa que no me quitaba nadie.

-Poché, ¿qué haces aquí?, deberías estar en la iglesia.

-No, yo debo estar al lado de quien en verdad amo – corrí hasta a ella y la abrace, al parecer fue demasiada fuerza pues ambas caímos al suelo, me levante y le ayude a ella y después la volví a abrazar, no podía creer que estaba dispuesta vivir sin sus brazos – por favor, no te vayas, te amo, y quiero una segunda oportunidad para lo nuestro.

Tomo mi rostro entre sus manos y unió sus labios a los míos – te amo Maria José – después de eso caminamos hasta la salida, al ver al guardia sonreí aun más, él se acerco a nosotras y me entrego mis cosas, me guiño un ojo y yo simplemente sonreí, salimos del aeropuerto a esperar a los chicos.