Seamos malos juntos || Yumihisu y Eremin

- ̗̀➽◦̥̥̥01; El paraíso que nos abraza.

♡⃕ ＤＩＳＣＬＡＩＭＥＲ.❞

⌦ Shingeki No Kyojin no me pertenece, si fuera así, ¡no tendría porqué escribir fanfics! Todos los derechos reservados a Hajime Isayama.

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• Songfic: Dua Lipa - Bad together.

• Pareja principal: Eren x Armin, Ymir x Historia.

• Parejas secundarias: Kenny x Uri, Reiner x Historia (implícito), Levi x Armin (implícito), Armin x Annie (implícito), Reiner x Bertolt, Mikasa x Sasha, Mikasa x Annie, Connie x Sasha, Jean x Marco, Hange x Moblit, Yelena x Pieck, Erwin x Levi, Marlo x Hitch (implícito), Pixies x Anka.

• Género: drama, romance.

• Categoría: AU! Medieval.

• Advertencias: contenido erótico, descripciones de violencia.

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El rey de la gigantesca isla Paradis, Uri Reiss, se encontraba postrado en cama, gravemente enfermo. Su decadente salud amenazaba con una inminente muerte, en ese entonces comenzaría un completo caos.

El heredero al trono era el primogénito de los mellizos, su único hijo varón; Armin, quien era un omega soltero y al igual que su hermana, no parecía interesarle ser poseído por ningún alfa, ni siquiera se veía con ánimos de formar una familia, lo cual era bastante importante pues según el pensar de sus antepasados era fundamental mantener a la familia real.

Esto le preocupaba bastante a su padre, Kenny Ackerman. No había ni un solo día en el que el viejo no pensara en el futuro de sus hijos. Para su suerte, él aún estaba fuerte y sano, por lo que haría cualquier cosa que estuviese a su alcance con tal de lograr su objetivo; que sus dos hijos engendraran nietos para conservar las generaciones. Por su parte, para Uri nada de eso le resultó importante alguna vez. Él sólo se preocupaba por la felicidad de sus amados sucesores, y que siguieran sus caminos alegremente persiguiendo sus propios sueños e ideales sin aferrarse a la obligación de gobernar un reino. 

Una ligera luz logró colarse entre las pesadas cortinas violeta de terciopelo que cubrían las largas ventanas. Ya había amanecido.

El rey abrió los ojos al mismo tiempo en el que se le escapaba un corto bostezo. Ahí estaba enfrente de él, su amado esposo. La mirada del alfa reflejaba muchas emociones; entre ellas el dolor y la tristeza de ver morir lentamente a la persona que más amas, la desesperación y furia de no poder hacer nada al respecto y por supuesto, la angustia de un día no poder verlo despertar nunca más. Uri lo sabía, no sólo porque al verlo directamente a los ojos éstos se cristalizaban, sino porque el lazo que los unía lo delataba. El azabache podía sentir la tristeza de su valioso rubio, mientras que el bello omega entendía la amargura de su fiel alfa.

Kenny tomó la mano del rubio con delicadeza para después depositar un beso en ella. Uri aún podía oler ese aroma fresco a artemisia que el azabache emanaba, sonrió de inmediato al recordar lo mucho que se intensificó dicha fragancia cuando se conocieron.

—Kenny... —susurró apenas audible mientras sus ojos de llenaban de lágrimas. Era consciente de su estado, podía sentir que cada día las fuerzas le faltaban y el cansancio era cada vez más presente. 

El nombrado se acercó más al rubio para después besarle la frente y apretar con algo de fuerza su mano. Él también podía olfatear el dulce y tenue aroma de su preciado omega; olía a durazno. Dulce durazno.