CAPITULO 12

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Las horas pasaron lentamente, el reloj no se detuvo, las personas caminaban, otras conversaban, muchos reían y él solamente miraba lo que el televisor mostraba. Todo había quedado claro, no había ninguna oportunidad en la que él se pudiera ver favorecido.

Porque KiBum podía decir que la verdad dolía tanto como ocultarla. Dolía cada vez que su pareja intentaba acercarse y tocarle, por pequeño que fuera el contacto, dolía, los recuerdos dolían.

Su mente comenzó a divagar entre sus oscuros días de estudiante en primer grado, tenía no más de diez años y había sufrido la muerte de su madre, estaba solo con ese hombre que muchas veces había intentado tocarlo, y tenía miedo.

La custodia había pasado a manos de ese hombre que era maestro de primaria y que había contraído nupcias con su madre dos años antes, su mundo iba en picada, y nada podría detenerlo.

Recordó como una noche lloró hasta quedarse dormido en el armario donde su madre guardaba su ropa y recordaba perfectamente la forma en que había despertado. Su cuerpo estaba desnudo, amarrado de pies y manos, y tenía un guante en la boca para evitar cualquier ruido.

Ese hombre había creado el escenario perfecto para tocarlo. Había abusado de él cuando solo contaba con diez años. Le había arrebatado la alegría de los ojos, las ganas de vivir e incluso él mismo había dejado de hablar.

KiBum no hablaba con nadie, permanecía callado en un rincón evitando el contacto humano. La rutina se había hecho cotidiana e insoportable para el pequeño niño.

Kim se auto lastimaba en un vago intento por dejar de existir.

Pero la luz había llegado cuando la hermana de su madre había decidido encontrar una respuesta al silencio mortal que había sellado los finos labios de su sobrino. Y lo había descubierto, un año y medio más tarde.

— ¿Estas bien? — Sus ojos dieron vueltas para orientarse y salir de su burbuja. Sintió sus mejillas húmedas y pasó sus manos por ellas para limpiar la humedad.

— Claro que estoy bien — Respondió.

— Estabas llorando — Los ojos de Sunny encontraron a los de su primo y pudo notar el dolor que escondían, pero no preguntó.

— Debió ser porque permanecí mucho tiempo sin parpadear, tranquila estoy bien.

KiBum se alejó de la sala de estar rumbo al segundo piso mientras ella le observaba desde el sofá.


...


El timbre de tercera hora resonó en cada uno de los salones del instituto. El maestro de geografía se dedicó a terminar de dictar la tarea que pocos se habían tomado la molestia de anotar y finalmente, había recogido sus libros para salir directo al próximo salón que le esperaba.

Cho Kyuhyun había estirado ambos brazos buscando destensar su cuerpo sin tener que levantarse de su asiento. Miró a pupitre continuo y observó curioso la mirada que Choi Minho tenía. Vaciló un poco, finalmente no dijo nada, sin embargo había notado claramente como la mirada de SooYoung se dejaba caer en ellos desde el otro lado del salón.

No era inusual, pero le intrigaba.

Finalmente se levantó de su asiento sin decir ninguna palabra y abandonó el aula directo a los salones de primer año.

Había algunos alumnos fuera de sus salones conversando, otros corrían por comida rápida a las máquinas expendedoras y él finalmente había llegado hasta las escaleras.

E F I M E R O || 2min || FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora