CAPITULO 25

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Los ojos de Minho sonrieron ante la mirada de Taemin, quien ansioso indicaba cosas en la computadora en su regazo, cosas simples, perdidas en el universo para muchos quienes no tenían cabida para un niño en sus vidas, pero que para él habían resultado adorables de principio a fin.

Ese había sido el resultado ocasionado tras conocer a la pequeña HaNa unas horas atrás, y honestamente la mente y el corazón de Choi lo agradecían con profundidad.

TaeYeon se había hecho cargo de los papeleos en el registro civil del nacimiento de la niña y Jung Soo de los papeleos correspondientes en la delegación de policías. Les habían informado que la persona culpable de las desgracias cometidas en ese día había burlado con gracia a la muerte.

El padre de SooYoung estaba vivo y preguntando por su hija a quien él aún mantenía en su cabeza como una desgracia para su familia, cuando la noticia de su fallecimiento le había sido dada, el arrepentimiento en sus palabras fue palpable, pero para muchos invisible.

Según las palabras de madre de Taemin, el hombre había pedido conocer a su nieta, alegando la consanguineidad que los unía. Tras esto, las autoridades del hospital habían pedido hacer una denuncia contra el hombre por el intento de secuestro del que dos alumnos habían sido testigos directos, y del que SooYoung había terminado como una víctima mortal.

Las instrucciones para él habían sido claras: quedarse con Taemin y evitar que este supiese lo que estaba ocurriendo, que en su lugar imaginara una muerte sin dolor para SooYoung y que se inventara un futuro.

Peor su corazón estaba difícilmente llevando la prueba.

De vez en cuando su mirada se perdía en las esquinas del cuarto, recordando palabras dichas, y momentos vividos en la infancia a su lado. Cada ciertos minutos sus ojos ardían y su garganta se secaba provocándole pequeñas lágrimas que él rápidamente ocultaba.

El cuerpo de SooYoung sería entregado a la madre de esta, y posteriormente, ella seria quien decidiría el fin que tendría.

Y Minho sabía que la situación legal traería un montón de problemas que ellos como estudiantes simplemente no podrían controlar y mucho menos entender con totalidad. Sabía que al morir la madre la persona más calificada para hacerse cargo de la menor seria el padre, pero ni una sola vez pudo sacar el nombre de ese chico de los labios de su amiga.

Tras esto, las personas responsables serían los padres de la madre, pero ¿Cómo se podría dar la patria potestad de la niña a un hombre que provocó la muerte de su madre?, y mucho más, a una mujer que, en su primer instancia la había negado.

— ¿E-Estas bien?—. Taemin captó su atención halando su camisa con cuidado, mostrándole sus ojos con la interrogación marcada.

Él había llorado, lo había hecho por un largo rato e incluso había necesitado de tranquilizantes que le hicieron dormir por un par de horas antes de llegar al momento en el que estaban ahora, pero Minho no se había permitido el hacerlo.

—Solo, estoy pensando en lo bonita que ella es—. Taemin le sonrió en aprobación a lo que había dicho, pero la sonrisa fue momentánea.

Sabía que le estaban ocultando cosas, pero al mismo tiempo estaba consciente de que esas mismas cosas podrían ocasionarle a él mismo un problema mayor. Confiaba en sus padres, en sus amigos y sobretodo confiaba en Minho.

—Ella es tan bonita como SooYoung, Minho—. Sus ojos grandes se expandieron.

La sonrisa de Taemin le estaba esperando. Una mano tomó la suya ante su pequeño momento de mudez, donde las palabras no aparecían, donde el escozor que había atacado a todo mundo con la noticia, finalmente llegaba hasta él.

E F I M E R O || 2min || FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora