E F I M E R O || 2min || FINALIZADA

CAPITULO 18

El timbre comenzó a resonar por los pasillos vacíos, Jong Hyun quien en ese momento se encontraba terminando de acomodar los libros en su mochila, fue interrumpido por una compañera quien apurada preguntaba sobre las próximas fechas de exámenes, las cuales el moreno se apresuró a dar de forma amable.

En la puerta, recargado sobre el marco KiBum observaba en silencio.

Podía ver perfectamente como era que Jonghyun le indicaba atentamente a esa joven sobre las fechas, recordándole incluso que era lo que ella tendría que estudiar para los exámenes. Entonces kibum resopló nervioso, necesitaba hacer las cosas ese día, necesitaba limpiar cualquier culpa de su espalda para poder vivir tranquilo hasta que pudiera superar el pasado y avanzar, pero sus ganas no aparecían y poco a poco la necesidad de ser cuidado y amado crecía.

Fue entonces cuando se vio sorprendido, Jonghyun le miraba un poco sorprendido desde su lugar mientras terminaba torpemente de guardar el resto de los libros restantes. Kibum esquivó la vista con rapidez, aparentando las manos en puños escondidos por la tela de los bolsillos de su pantalón. El de piernas cortas, avanzó, lentamente, midiendo la incomodidad del rubio, pensando en la forma correcta para acercarse, en las palabras, incluso en la mirada.

Unos segundos después, estuvo frente a él mirándolo levemente hacia arriba para ver esos ojos finamente delineados, pensó en hablar, pero esperaba que la primera palabra saliera de él.

—Estoy aquí.

Jonghyun rió.

—Eso es muy obvio—. Una sonrisa provocó remordimiento en el rubio, sus manos, aun escondidas, se apretaron más.

Apretó la boca y desvió lentamente la mirada para denotar lo incomodo que la situación de había vuelto en cuestión de segundos. Jonghyun sonrió una vez más, llevando esta vez, su mano derecha para limpiar un poco de sudor de su mentón.

— ¿Nos vamos ya? —. Cuestionó divertido con la situación, disfrutando ver como los ojos que le habían gustado desde el primer día que los vio, iban y venían en su figura.

Kibum asintió, dándose vuelta sin mencionar nada más que un quedado sí, salieron del aula y comenzaron a caminar por los pasillos en silencio. No había sonido más molesto que el bullicio ensordecedor que creaban el resto de los alumnos en el lugar, sin embargo, para el rubio era encontrarse en un mar, como escuchar un sonido sordo que no tiene inicio ni fin, uno del que no puedes encontrar un responsable. Estaba perdido, buscando una palabra, no, más bien, un juego de estas, uno que pudiera comenzar una conversación que le diera el camino que necesitaba.

Continuaron caminando por el pasillo hasta las escaleras, bajaron por estas y prosiguieron a salir del edificio sin el mayor apuro, a un paso lento, como queriendo disfrutar el caminar juntos, aun si KiBum sabía que podría ser la última vez. Llegaron hasta el patio y lo atravesaron hasta la entrada del instituto, saliendo por esta y tomando calle abajo por la colina para terminar pronto en su destino. Llegaron hasta una esquina donde el tráfico vehicular era notorio y se detuvieron al ver el semáforo en verde, indicando que ellos no podían pasar por la calle.

Kibum apretó entonces sus manos, pensando que si aquella luz en verde resaltante era una señal de que ya debía comenzar con lo que habría pensado. Respiro un par de veces, ignorando las voces de personas desconocidas rodeándolos.

— ¿podemos ir a otro lugar? El parque de la otra vez, quiero ir ahí.

Jonghyun lo miró, extrañado con la situación que se le presenta y a la que no sabía cómo responder. Solo pudo mover su cabeza de arriba abajo de forma afirmativa para dar vuelta y seguir caminando por la acera concurrida rumbo al lugar que el rubio habría mencionado.