CAPITULO 1

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"Algún día no muy lejano los recuerdos se irán, se desvanecerán." 



Las mismas calles, los mismos lugares que odiaba. Las misma personas, las mismas voces que le molestaban.

Sus pasos fueron lentos a comparación de los que las personas a su alrededor daban, postergándose, queriendo detenerse; queriendo marcharse. Más no podía. Con la mirada cansada y las manos en los bolsillos, siguió su largo y aburrido camino hasta el lugar que él más odiaba.

― Ah — volteó un poco la vista, había golpeado el hombro de alguien.

No dijo nada, un "lo siento" estaba de más. Para Minho, no fue su intención chocar y tampoco parecía ser la intención del chico que le miraba expectante, así que lo dejó pasar. No había porque prestar atención a un accidente que se repetía todos los días en las apretadas calles del pueblo.

― Disculpe — Sus pasos se detuvieron, lo miró — ¿Sabe dónde queda el instituto WayL? — Preguntó con ilusión. Minho lo ignoró y siguió caminando.

El chico miró confuso como era dejado atrás por ese joven hasta que se percató de algo. A quien a quien se había encontrado, llevaba puesta la chaqueta con el logo del instituto que él estaba buscando.

Sonrió para sus adentros y comenzó a seguir al amable chico que le indicaba sin decir palabras, el camino que debía seguir.

A pasos lentos y cortos llegaron a una colina, Minho finalmente se detuvo y se volteó a mirar al chico que lo seguía sin su consentimiento. Frunció el ceño.

― ¿Qué quieres? — Su voz sonó profunda y demasiado gruesa por la resequedad de su garganta. El chico frente a él, se asustó.

― Puedo ir solo desde aquí — Sin decir más, corrió a donde un grupo de jóvenes caminaban, todos con mochilas y chaquetas similares.

Minho miró a ese chico extraño, observó cómo intentó hablar con alguno de esos estudiantes un poco mayores, pero ninguno le prestó la más mínima atención. Sonrió con burla cuando vio a ese chico hacer un notable puchero y seguir en silencio al pequeño grupo de amigos.

Era raro.

Sin importarle mucho siguió su tortuoso camino, esta vez con la tranquilidad de no ser observado todo el tiempo por ese chiquillo extraño que él no conocía ni tenía la intensión de conocer.

El camino al instituto WayL era realmente hermoso, demasiado si te detenías a apreciar los frondosos árboles de cerezo que dejaban un aroma y ambiente lleno de paz y romanticismo para el resto de las personas. Pero no a él.

Al término de la colina que debió subir, encontró la puerta de metal que daba acceso al patio central de la escuela preparatoria. Él realmente odiaba ir ahí.

Continuó su recorrido y entró al salón de clases marcado con "4-A" se dirigió automáticamente al último pupitre del lado izquierdo junto a la ventana y dejó caer su mochila, posteriormente se sentó en el banco y recargó su cabeza en sus brazos cruzados.

― Llegas tarde Choi — Rodó lo ojos al escuchar esa voz, el presidente de la clase, Kim JongHyun — Otra vez.

― No me molestes — JongHyun frunció los labios, y le picó el hombro con el lápiz que tenía apresado en su mano derecha.

― ¿Por qué llegas tarde? — Preguntó sacando una pequeña libreta dispuesto a apuntar lo que le dijera.

― No te importa.

E F I M E R O || 2min || FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora