CAPITULO 22

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Con la mirada congelada y la sangre circulando velozmente por su organismo, SooYoung avanzó un paso hacia adelante. Incluso si su vista tambaleó y sus pies le dieron un seguimiento al flaquear, el sentimiento que le surgió en el pecho al ver a su padre de pie en la puerta del instituto no se esfumó.

Sintió miedo, náuseas y un dolor punzante en su bajo vientre que se apuró a disimular. Sin embargo, Kyuhyun miró atento, y con los dientes apretados, simplemente le sonrió a ese hombre antes de tomar la mano de su amiga y obligarla a caminar.

Ninguno dijo nada, callado en un silencio helado y macabro que no podía ser una buena señal del destino, ese hombre les dejó partir sin abrir la boca si quiera.

Como si la mujer que había pasado a su lado tomada de la mano de un hombre no fuese su hija, su hija a quien había obligado a abandonar su casa unas muchas noches pasadas, su hija quien estaba embarazada.


~*~

Se limpia las lágrimas y baja un poco la vista, la vuelve a elevar y se muerde el labio para controlarse. No lo logra.

~*~


Pasó sus ojos una y otra vez por la hoja enmarcada en rojo y trató inútilmente de hacerse a la idea de lo que esta significaba verdaderamente en su vida. Un bostezo le hizo cerrar los ojos y una lágrima silenciosa bajó por su mejilla seguida un par más. ¿Había verdaderamente escrito eso?

Taemin tomó el lápiz que su padre había abandonado en el buró al lado de su cama y comenzó a escribir lo que podría ser el último deseo que su corazón verdaderamente anhelaba.

Y colocando un punto al final, su lista de deseos terminó con cinco números.

El ruido de la puerta le hizo levantar la mirada con apuro en su dirección para descubrir a su madre con una mirada tremendamente triste solamente para él, una mirada que no disminuyó su impacto de tristeza a pesar de la ligera sonrisa que Taeyeon le regalaba con todo su pesar de madre.

Con un paso Taeyeon se vio dentro de la habitación que su hija había ocupado ya por semanas interminables desde su última recaída en casa. Y aunque su corazón está ansioso de encontrar un culpable para el estado deplorable en que su hijo se encuentra, sabe que no lo hay.

Taeyeon sabe que Taemin tiene meses por delante, tal vez días, pero no años, lo sabe desde que ese niño hubo estado por vez primera entre sus brazos, tres semanas después de haber nacido. Sabe que sobre todas las cosas siempre trató de mantener a su hijo, a su luz, lejos de un peligro, sabe que ha hecho todo lo que se le ha sido permitido para mantenerlo a su lado durante esos diecisiete años, pero también sabe que aunque interés con tu vida mantener una flor fresca, esta va a secarse.

Y ante el pensamiento que la embarga no puede evitar que una lágrima empañe sus ojos, tal y como los de su hijo que se ven hinchados en cansancio, los suyos lo están por las lágrimas que ha derramado.

Entiende que ha hecho lo que pudo, pero hay cosas que simplemente su hijo tenía que vivir. Asistir a una escuela en lugar de tener un tutor privado, conocer gente y hacer amigos en lugar de mirar por la ventana o a través del cristal del televisor, e incluso Taeyeon sabía que Taemin tendría que enamorarse.

Pero es que le pesa saberlo, porque es su hijo el que está en una cama tratando de parecer indiferente a pesar de saber sobre el diagnostico que el doctor les dio esa mañana, le pesa porque es su hijo el que está esperando con todo su corazón un pequeño bebé que posiblemente no pueda lograr ver.

E F I M E R O || 2min || FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora