CAPITULO 24

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Con los ojos bien abiertos y desesperados por una respuesta tardía, Minho miraba la pantalla en la sala de espera en la sección de urgencias. A su lado, Taeyeon acariciaba su hombro, esperando impaciente que los niveles de ansiedad decayeran en ese cuerpo tenso que había visto correr cuando ella tenía a intención de informar sobre un trágico suceso.

Las cosas habían sido casualidad, una casualidad cruda y fúnebre que le había erizado los vellos de la nuca cuando, con la idea de ir a pedir informes a una enfermera, había visto pasar a los amigos de su hijo con los nervios destrozados y ropas desalineadas. Fue cuando su corazón de madre se había agitado, cuando supo que había ocurrido un accidente.

Una chica muerta.

Había sido lo que pudo escuchar por los parlantes en el área de shock trauma.

Se la llevó, fue lo que Kyuhyun le habían dicho.

No habían recibido noticias después de que la hicieran firmar una carta responsiva para una operación de emergencia con el único fin de intentar salvar a la pequeña criatura que aun mostraba signos vitales dentro del vientre de su fallecida madre. Fue una noticia impactante enterarse del fallecimiento prematuro de quien había estado platicando con ella en los jardines del hospital.

El corazón de las personas frente a la pantalla del área de urgencias que decía que la operación aún estaba en curso, estaba desbocado, acelerado y palpitante con las ganas de escuchar un llanto a lo lejos, al menos.

Y es que no era como si pudieran escucharlo de todos modos, pero la fe, la angustia que cabía en ellos les decía que podían si esperaban en silencio.

En sus oídos existía un eco, un eco que no se rompía aun incluso con los murmullos del resto de la gente en el lugar, con las maquinas pitantes y los gritos de quienes han sufrido una perdida. Para quienes esperan una respuesta el tiempo es relativo, no existe.

Taeyeon miró el perfil a su lado, ese ceño fruncido y esos labios secos; Minho se veía tan acongojado como ella pudo sentirse en un millar de situaciones anteriores.

Sabían ya que SooYoung había muerto, que el golpe que había recibido en la cabeza le había ocasionado una muerte instantánea e indolora. Pero no lo había hecho su hija.

La pequeña Hana a la que Taemin tanto ansiaba poder conocer seguía viva.

Finalmente después de aguardar muchos minutos transformados en horas, esa pantalla de información cambia, la luz de color verde cambia a una blanca. Siguiendo las instrucciones de un cartel a un lado, eso significa que la operación ha terminado, lo ha hecho al fin después de dos horas desde el arribo de los dos estudiantes con ropa ensangrentada.

Se escuchan las respiraciones aceleradas de Jong Hyun en medio de un ataque de histeria en el que ha caído, ataque que Kyuhyun trata de controlar con gritos desesperados que avisan el término de la cirugía, pero nada más.

Durante los siguientes minutos no hay una enfermera ni un doctor que dé la cara, solo más espera, más angustia.

—Todo va a estar bien, ¿verdad? — Taeyeon se sorprende cuando al fin escucha a voz rasposa de Minho con esa pregunta cargada con un todo de súplica. No puede más que sonreírle con pena y hundirse en hombros, pues no es ella quien puede decirlo.

—Lo que va a ser, va a ser.

Minho asiente no muy conforme con la respuesta y entonces se da a vuelta para acercarse a su amigo y dejarse ser usado como muñeco de abrazos y pañuelo de lágrimas.

Y es finamente cuando luego de minutos eternos, una persona vestida de azul aparece. El hombre anuncia por un pequeño altavoz el nombre de una fallecida hija, madre, amiga, y Taeyeon alza dolorosamente la mano para que el hombre se acerque con un montón de papeles en las manos.

E F I M E R O || 2min || FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora