Disclaimer: Si leen algo y les parece familiar, no es mío (y).
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Cassandra corrió como nunca en su vida, la mano de Harry firmemente asida en la suya. Malditos fueran los arquitectos de la mansión y su muy mal gusto por los largos pasillos. Cassandra de verdad pensó que nunca terminarían de recorrer el estúpido pasillo.
Al llegar al salón, Cassandra abrió de par en par la puerta principal con un movimiento de su varita. La puerta era lo suficientemente grande como para permitir que ella y Harry pasaran a través de ella sin siquiera detenerse. No podían detenerse, era una carrera por sus vidas.
Los nervios le impedían contabilizar bien el tiempo, cada segundo que pasaba se sentía como una hora. No tenía idea si ya habían notado que no había nadie en la celda donde debía estar Harry. Sólo lamentaba el no poder ver sus caras cuando notaran que el invitado de honor se había saltado el postre y se había ido a casa.
Sin detenerse, miró a Harry a la cara mientras los dos atravesaban a toda velocidad el jardín de la mansión, sus pasos apresurados resonando sobre el césped. Harry se veía agotado, casi al final de sus fuerzas. Cassandra no podía culparlo, llevaba horas y horas sin poder descansar. Tenía derecho a estar agotado.
Pero no podían permitírselo.
Frente a ella, aún a varias decenas de metros, estaba el borde del terreno que pertenecía a la familia Lestrange. No estaba enmarcado por rejas o muros. Sólo una línea de árboles marcaba el inicio y fin de la propiedad. Y tenían que llegar hasta ese borde para poder desaparecer, pues era imposible hacerlo dentro de la propiedad.
Los gritos y las maldiciones no tardaron en hacerse presentes. Ni siquiera la más optimista de las personas habría pensado que podían ahorrarse aunque fuese una pequeña confrontación. El Universo definitivamente no había escuchado sus muy desesperados pensamientos positivos.
Cassandra podía sentir que Harry comenzaba a enlentecer el paso y ella se obligó a correr aún más rápido, arrastrando tras ella a Harry. Podían lograrlo, sólo quedaban unos metros.
Un haz de luz violeta pasó a unos centímetros de su cabeza, pero Cassandra no se atrevió a bajar la velocidad. Estaban tan cerca.
Todo ocurrió muy rápido. Harry soltó un quejido, como cuando alguien es golpeado en el estómago y se queda sin aire. Luego, cayó de rodillas al suelo, tirando de Cassandra que aún lo llevaba tomado de la mano. Cassandra alcanzó a girarse hacia Harry, con la intención de ayudarlo a ponerse de pie nuevamente, cuando algo la golpeó en el costado izquierdo, lanzándola sobre su espalda.
Golpeó con fuerza suelo, el césped húmedo haciendo muy poco por amortiguar su caída. Pese a todo, logró recomponerse rápidamente y buscó otra vez la mano de Harry. No pensaba soltarlo.
No estaba dispuesta a rendirse. Y eso significaba que Harry se quedaba con ella.
Se puso lentamente de pie. Ya no había maldiciones volando en su dirección, pero eso no disminuyó la fuerza con la que tomaba su varita en su mano libre de Harry. Le dirigió un rápido vistazo al muchacho. Estaba aún de rodillas, claramente haciendo su mejor esfuerzo para mantenerse consciente.
Miró a su espalda durante medio segundo, intentando medir en un solo y fugaz vistazo la distancia entre ellos y los árboles. No podía ser más de cuatro metros, pensó Cassandra. Maldita sea.
Finalmente, miró al grupo de magos frente a ella. Su madre estaba lívida. La respiración acelerada y la cara de un rojo brillante, una vena palpitando en su sien y el cabello todo alborotado. En otro momento se habría doblado de la risa al verla tan lejos de su habitual papel de "bruja de clase". En otro momento, sí. Su madre ahora no le causaba ni la más mínima gracia. Sus hermanos la flanqueaban, uno a cada lado de su regordeta figura. Sus miradas asesinas (tres pares de miradas asesinas) clavadas en Cassandra.
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Ovejas Negras
FanfictionOC/ Sirius Black. Durante el 7mo libro.....La vida no ha sido fácil para Cassandra, pero con ayuda de su gata malhumorada, su ración diaria de dulces y un sentido del humor a prueba de Mortífagos, ha logrado sobrevivir. Cuando un invitado inesperado...