Mariposas

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Dos capítulos en un día! ;D Espero que les guste!

Disclaimer: Si leen algo y les parece familiar, no es mío (y).

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Cassandra, con los ojos cerrados y las palmas de las manos apoyadas en el frío muro de la ducha, intentó disfrutar lo más posible la sensación del agua caliente recorriendo su adolorida espalda. Cassandra calculaba que llevaba cerca de 15 minutos bajo el agua y no quería abusar de la hospitalidad de La Madriguera, así que planeaba salir de la ducha dentro del próximo minuto y medio. Aunque tuviese que esforzarse y reprimir con todas su fuerzas las ganas que tenía de quedarse bajo el agua por lo menos hasta diciembre.

Soltando un triste suspiro (y pensando en que Molly no estaría muy contenta si se quedaba en su ducha por los próximos cinco meses), Cassandra cerró la llave del agua y salió de la pequeña bañera, asegurándose de pisar sobre la ropa que se había sacado antes de meterse y que había acomodado cuidadosamente en el piso del baño. No quería que sus pies, calientes por el agua, tocaran el frío suelo.

Una vez fuera de la ducha, se envolvió con la blanca, gorda y esponjosa toalla que Molly le había pasado, teniendo cuidado de no presionar la herida de su costado y asegurándose antes de que el vendaje estaba aún intacto gracias al hechizo impermeabilizador que había usado en él. La herida dolía y picaba bastante, pero ya no sangraba. Lo que era excelente, porque no quería manchar con sangre la limpia e impecable toalla.

Usando la otra toalla que Molly le había pasado, envolvió las puntas de su largo cabello, intentando quitarle la mayor cantidad de agua. Lo que, como siempre, era una tarea hercúlea, porque Cassandra tenía mucho cabello. Mucho. Quizás era el momento de un corte.

O quizás no.

Mientras sus manos se concentraban en la tarea que tenían en frente, su mente se concentraba en algo más. O en alguien más, si iba a ser sincera.

Cassandra sabía que era una ridiculez hacer tanto escándalo por Sirius, pero no podía evitarlo, el escándalo ya estaba en pleno proceso en su estómago, las cientos de mariposas bailando al ritmo de quizás que música.

De Ricky Martin, probablemente.

Lo conocía hace como un día, por amor a Merlín. Y sí, era tremenda e increíblemente atractivo, pero no era motivo para ponerse nerviosa, ¿o sí?

Ya le había pasado un par de veces, eso de las mariposas enloquecidas. En Hogwarts le habían gustado tres chicos y nada bueno salió de eso.

Cuando estaba en segundo, Timothy Jackson había sido algo así como un mejor amigo. Como por una semana.

Era de Hufflepuff, guapo, con cabello oscuro y ojos verde-amarillo y Cassandra lo habría seguido hasta el fin del mundo si Timothy no hubiese salido corriendo, casi tropezándose con sus propios pies, cuando se enteró de que era la hermana de los gemelos Lestrange. Y sus hermanos ni siquiera estaban en Hogwarts ese año, se habían graduado el año anterior.

El siguiente episodio de mariposas salvajes fue durante su cuarto año en Hogwarts. El muchacho en cuestión también era de Hufflepuff y era muy tierno y simpático con ella. Era menor que Cassandra, por dos años, pero era alto y bastante más maduro que un mocoso de 12 (casi 13) años, así que a Cassandra no le importaba mucho la diferencia de edad.

Esa vez en particular (y por primera vez) Cassandra decidió usar el consejo de la Profesora McGonagall y no le dijo su apellido materno. Al ser más joven y haber entrado dos años después que ella, el chico no había escuchado nada sobre Cassandra así que no podía establecer conexión con su verdadera familia. Durante varias semanas fueron muy amigos, estudiaban juntos (más bien Cassandra lo ayudaba con sus estudios) y se hicieron muy cercanos.

Ovejas NegrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora