Ya sé que muchos se quedaron esperando el beso...así que vamos a subirle un poco la temperatura a la cosa ;D
Disclaimer: si leen algo y les parece familiar, no es mío (y).
_____________________________
La habitación estaba tan silenciosa que Sirius podía incluso oír el sonar del gran reloj que cubría por completo uno de los muros del piso de abajo.
Entre el tic-tac del reloj y la suave respiración de Cassandra, Sirius se encontró sintiéndose más relajado de lo que se había sentido en meses. Y eso, por sí sólo, ya era una tremenda novedad.
No sólo porque era difícil relajarse en la mitad del ir y venir de mortífagos y magos tenebrosos en el último tiempo, sino porque el silencio hace mucho tiempo había dejado de ser tranquilizador para él.
Le recordaba demasiado a su tiempo en Azkaban. No es que sus compañeros de celda hubiesen sido muy silenciosos, no. Los gritos llenos de angustia eran algo habitual para él en aquellos días, pero después de los primeros meses, la mente de Sirius había aprendido a sumirse lentamente en un sopor cada vez más profundo, hasta llegar a un punto donde sólo estaba él, imágenes horribles plagando tanto sus sueños, como sus horas despierto…y silencio. Sólo silencio.
Extrañamente, ahora en la mitad de su antigua habitación, habitación que no traía consigo muy buenos recuerdos tampoco, se sentía…tranquilo.
Un cambio en la respiración de Cassandra hizo que Sirius bajara la vista hacia ella. Desde su posición, sentado con la espalda contra el respaldo de su cama, podía ver perfectamente el perfil de la mujer, sus pestañas oscuras contra su piel suave y amoratada.
Sus labios levemente entreabiertos. Sus manos cerradas suavemente en puños, uno junto a su cara, el otro contra el pecho.
Su expresión serena.
A Sirius le alegraba saber que dormía tranquilamente. Necesitaba descansar todo lo que pudiera. Recuperarse. Estaba mejor, pero tres días de descanso no eran ni de cerca suficientes para borrar dos semanas de maltrato.
Sirius intentó de inmediato alejar sus pensamientos de aquellas dos semanas. Bastaba sólo imaginarlo para perder por completo la tranquilidad mental y recuperar todos y cada uno de sus deseos homicidas.
Que agradecieran que su Cassie era una mujer fuerte, porque si no fuera por esas muchas sonrisas que ella le había disparado en las últimas horas, él ya estaría de camino a matar con sus propios puños a los muy hijos de puta.
Y lo iba a hacer de todos modos, pero no todavía.
Ahora se iba a quedar justo donde estaba, disfrutando de los pequeños placeres de la vida. El sonido de la respiración de Cassandra. El suave aroma a flores de su cabello. La visión de su cabello rojo desparramado sobre su almohada. El calor corporal de Cassandra, en la cama junto a él.
Le gustaba la idea de ella en su cama. Le gustaba mucho más de lo que estaba dispuesto a confesar. Al menos estando sobrio.
No es que ella estuviera haciendo mucho más que dormir en su cama por el momento…pero de todas formas le gustaba la idea de Cassandra en su cama.
Otra novedad ahí.
Nunca le había gustado antes la idea de una mujer en su cama, al menos no si la mujer en cuestión no iba a hacer mucho más que dormir.
Pero ella ahí…le hacía sentir tranquilo. En su cama, a su lado, Cassie no corría peligro. Estaba segura. Y él podía tener el placer de sentirla y escucharla.
ESTÁS LEYENDO
Ovejas Negras
Hayran KurguOC/ Sirius Black. Durante el 7mo libro.....La vida no ha sido fácil para Cassandra, pero con ayuda de su gata malhumorada, su ración diaria de dulces y un sentido del humor a prueba de Mortífagos, ha logrado sobrevivir. Cuando un invitado inesperado...