CAPITULO 59| ELLA

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[DAVID CAMPBELL]

Miro de nuevo a esta chica y definitivamente no está bien, su autoestima esta por los suelos, No sé si es correcto dejarla aquí, o ayudarla a llegar a casa.

La miro por enésima vez, no puedo creer que una cara tan linda como la de ella, tenga tantos golpes.

–¿Vives muy lejos de aquí? – Ella detiene su mirada en mi rostro, de pronto nuestras miradas se han cruzado, sus ojos verdes me hacen sentir una sensación de protección-

–No –desvió la mirada– Pero hoy no quiero irme a casa, quizás sea más seguro quedarme aquí-

–¿Seguro? ¿Qué es más seguro que tu casa Rachel?

–Todo- Fue lo único que menciono, no sé por qué no puedo dejarla aquí –

–¿Quieres ir a mi casa, vivo con mi madre- ella me miro y sonrío un poco–

–¿De verdad me puedo ir contigo? –

Ella hizo esa pregunta y mi mente divagó un poco, ¿Qué diría mi madre? ¿Por qué me preocupa su bienestar?, pero si le llega a pasar algo lo llevare en mi conciencia-

–Claro que si, solo espero que mi madre no diga nada, bueno nada que te haga sentir mal-

–No te preocupes David, puedo ser quien se encargue de la casa, limpieza, comida o el cuidado en general, no quiero ser una carga, solo quiero irme de casa, en verdad estaría tan agradecida contigo-

–Rachel, no puedo prometerte que puedas quedarte por siempre en casa, pero si esta noche, así que vamos, te ayudare a llegar-

–Gracias David por compadecerte de mí, por no preguntar por mis problemas, es difícil hablar de ello, prometo que no seré una carga para ti-

Solo negué, mientras la ayudaba a caminar, me siento mal por ella, atropellarla fue una más de los tantos problemas que tiene, siento cierta responsabilidad por ella, así que la tomare. Espero que mi madre no ponga alguna objeción.

Llegamos al edificio de mi departamento, el señor González me miro confundido, pero no me hizo preguntas, a estas alturas él sabe perfectamente que soy parte de los Cavaliers, asentí al pasar junto a las puertas, y subimos por el elevador, Rachel agradecía una y otra vez, la muleta que traía consigo la llevaba cargando yo mismo, Rachel de vez en cuando se quejaba, decidí darle la muleta creo que a ella le ayudara más.

Llegamos al departamento, ella se impresiono por lo bien ordenado que estaba, ella miro detenidamente toda la sala y la cocina.

–Si tienes hambre puedes tomar lo que gustes de la cocina, iré con mi madre para que mañana no se sorprenda si te ve- Rachel solo asintió-

Mientras veía como Rachel ingresaba a la cocina, me dirigí hacia la recamara de mi madre, de antemano sabía que quizás estaba despierta, así que toque levemente la puerta, pero no respondió así que me quede ahí parado unos segundos pensando si abrir o no, de pronto escucho ruidos dentro de su recamara, me asuste asi que sin pensarlo mas entre a su recamara, mi madre estaba tirada en el piso, quejándose por un golpe que se dio en la rodilla, estaba hablando por teléfono, lo deduje porque su teléfono estaba tirado con la pantalla encendida, el contacto era el Señor Howard.

–¿Estas bien mamá? - ella rio un poco al verse en esa escena, las luces apagadas y ella caminando por su recamara-

–Lo estoy pequeño, fue un descuido, el señor Howard me ha hablado, ha encontrado la razón por la cual tu padre esta tan dócil contigo-

¡Mision Imposible! CONQUISTAR A MI CRUSHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora