Capítulo 11

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Izuku se hallaba aspirando la sala de estar de manera tranquila, después del gran drama que había pasado esa mañana, Katsuki se hallaba más tranquilo, después de verlo por unos minutos limpiar la cocina, este le grito que fuera a hacer sus deberes, cosa que Izuku no sabía con exactitud cuáles eran.

El rubio le dio esa aspiradora ordenándole que se hiciera cargo de la sala de estar, junto con algunas otras tareas básicas, de vez en cuando se le escapaba una mirada hacia la cocina, veía como el rubio acomodaba y limpiaba de manera tan tranquila.

Le sorprendía aun la forma tan calmada que tenia de hacer algunas cosas, le agradaba, la imagen de ver a Kacchan como toda una "esposa" era algo deleitante a su parecer, cosa que en la edad de 16 jamás imagino creer que sería solo para él.

Pero ahí estaba, un Katsuki que vivía bajo el mismo techo que él, asegurándole que era su esposo desde los últimos seis años, Izuku seguía incrédulo, necesitaba recordar o investigar al menos.

Después de un par de horas, ambos terminaron de limpiar el hogar, a excepción de la habitación del pequeño Izumi, este se había hecho cargo solo, lo único en lo que Izuku le ayudo fue en aspirar al ser el electrodoméstico demasiado grande y algo peligroso para el menor.

Izuku se desparramo sobre el sofá algo agotado, miraba a la nada, segundos después Kacchan estaba sentado a su lado, lo vio de reojo, este se veía aún más agotado que él, cosa que hasta cierto punto le preocupaba, desde que despertó hace dos días, parecía tener ese semblante.

—¿Tan fácil te cansaste?

Le hablo divertido girándose al pecoso, Kacchan se recargo la mejilla sobre su brazo flexionado y le sonreía divertido al pecoso. Eso lo hizo sonrojar con levedad, al ver la mirada algo atrevida que tenía, seguramente su actual yo estaba acostumbrado a tal atención, pero para Izuku sin memoria eso era demasiado.

—Algo, limpiamos mucho después de todo.

—Lo siento, en estos casi dos meses, no hubo tiempo de hacerlo de manera apropiada.

Kacchan suspiro aliviado, se inclinó hacia Izuku, por unos instantes quería olvidarse de la condición del pecoso, quería por unos instantes tener a su marido meloso que lo mimase como solía hacerlo.

Izuku trato de retroceder al ver como Katsuki posaba su cabeza sobre su hombro, este tomo su mano y enredo sus dedos con los suyos, Izuku temblaba y sentía las mejillas arder, pero bajo la mirada, encontrándose al rubio con las mejillas de igual forma rojizas, desviaba la mirada con el ceño fruncido, cerro sus ojos e Izuku lo dejo ser.

Sentados después de un rato Katsuki ya estaba gruñendo como si de un gato se tratase, se había dormido, el aroma tan dulce del pecoso le ayudo a conciliar el sueño, pasaron unos veinte minutos y la puerta fue llamada, con delicadeza movió al rubio y tomo un cojín dejándoselo como almohada, le dio otra mirada y hasta cierto punto le pareció tierno verlo recostado sobre el sofá durmiendo tan pacíficamente.

Pero al darse vuelta e irse, no se percató como este frunció el ceño en molestia, después de todo, el aroma dulce se había alejado.

Abrió la puerta y al hacerlo, unos brazos se extendieron atrapándolo en un abrazo, eso le dio tanta nostalgia que al recibirlo lloriqueo con levedad al corresponderlo.

—Izuku, mi pequeño, estas bien, gracias al cielo.

La regordeta mujer se separó y acaricio la mejilla del pecoso, había estado el último mes muy preocupada por su hijo, aun cuando actuase fuerte, solo para que el marido de este no se alterase aún más, por dentro moría del miedo porque su hijo no despertase.

Recuérdame - Omegaverse (DekuKatsu) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora