Braco y Sebastian son dos chicos que luchan por defender Isla Refugio de las temibles Fuerzas de la Oscuridad: enfrentándose contra robots asesinos, alienígenas temibles y entes demoníacos, haciendo tanto amigos como enemigos en el proceso.
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Después del pequeño incidente con la nave alienígena espacial, yo me encontraba disfrutando libremente de mi castigo: una semana en casa, sin ningún permiso para salir. El castigo también posponía nuestra siguiente lección... No estaba muy feliz con eso, pero Henry esperaba que aprendiera algo de mis errores durante mi encierro. De cualquier forma, la mejor parte del castigo era que no estaba solo: tenía a Sebastian.
—¿Aún tienes ganas de explorar un poco? —me preguntó mientras escribía en mi Libro de Aventuras; Henry ya se había marchado a su trabajo—. Porque encontré un ático secreto...
Exploración en casa... Que idea tan asombrosa.
—¿Un ático secreto? —quería saber más—. ¿Qué te hace pensar que es secreto?... Espera un momento, ¿cómo lo encontraste? Creí que no te gustaba explorar...
Parecía nervioso.
—¿No te ha pasado que tienes un sueño, uno de esos que parecen bastante reales y... entonces, se vuelve real?
—No sé de que hablas... Yo nunca recuerdo mis sueños.
—Hace mucho que no me sucedía pero... ocurrió anoche —dijo, haciendo después una pequeña pausa—. Soñé que encontrábamos un ático al final del pasillo, donde está el baño... Al despertar esta mañana fuí a revisar y ahí estaba, la misma puerta en el techo, justo como en mi sueño... Hace mucho que no me sucedía eso.
—WOW... —fue lo primero en salir de mi boca—. ¿Crees que sea parte de tus poderes? ¿Algo así como una súper y genial habilidad para predecir el futuro? Que injusto...
Se encogió de hombros.
—Puede que solo sea la aventura... llamándome.
—¿Y por qué te llamaría a tí?
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Llegar hasta la puerta en el techo no sería una tarea sencilla, era una gran distancia pero, por suerte para nosotros, Sebastian era alto y yo bastante ligero; me cargó y fue mi trabajo estirar los brazos para intentar abrir la pequeña puerta.
