Braco y Sebastian son dos chicos que luchan por defender Isla Refugio de las temibles Fuerzas de la Oscuridad: enfrentándose contra robots asesinos, alienígenas temibles y entes demoníacos, haciendo tanto amigos como enemigos en el proceso.
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—¿Cuándo nos dejarás salir a ayudarte?
—¿Cuántas veces tendremos esta conversación, Braco? —me miró y se dibujó una pequeña sonrisa en su rostro. Me gustaba esa sonrisa en él—. Aún eres un niño. Mi niño.
—Pero estoy muy cerca de cumplir trece y ya no seré más un niño.
Me dedicó una de sus miradas.
—Eso hasta noviembre.
La discusión no había hecho más que empezar, pero la mesa 9, al fondo, lo necesitaba más que nosotros; dejó de ser Henry, el guardián de Isla Refugio y nuestro tutor, para convertirse en Henry Rey, el agradable y querido camarero de ¡Guacamole! un restaurante de comida mexicana, el único en su clase aquí en Isla Refugio.
¿Quién imaginaría a un guerrero mágico trabajando como un simple mesero? Las personas solo tenían que obviar su prótesis robótica, y de todas formas a muchas chicas les parecía sexy. Lo sé, he visto todos esos números telefónicos que le entregan en servilletas. A veces veo demasiado. Más de lo que debería. O eso es lo que me dice Sebastian.
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—Tenemos que ser pacientes, Braco —me dijo Sebastián mientras yo seguía embobado, observando a Henry atender la mesa 9 con muchas sonrisas, como siempre. A veces intento entenderlo...
—Ser pacientes —abro mi libro, le echo una mirada rápida a Sebastian y después me dedico a leer ahí mismo, en silencio; soy paciente, tanto que a veces me canso de serlo. Eso tiene cero de sentido.
Al desocuparse, Henry pasa de nuevo a nuestra mesa, no se sienta, solo se queda ahí, con las manos apoyadas sobre el mantel de colores vivos que cubre la mesa.
—¿Quieren comer algo? —da unos ligeros golpecitos en la mesa; con su mano de carne y hueso. A veces me pregunto el por qué de su prótesis. ¿Habrá una gran historia detrás de eso? No lo sé, tal vez nunca lo sepa, ¿sabes por qué? Porque Henry nunca responde mis preguntas. Él solo las evade con otras preguntas o un silencio incómodo.
