Capítulo 18: "Baralku"

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Después de la tormenta viene la calma... ¿cierto? Es lo que dicen todos y es una frase muy famosa... Pero, al diablo con esas frases, este no es el caso: ¿puedes adivinar que sucedió unas horas posteriores a nuestra partida de Isla Refugio? Exacto. La jodida tormenta desvió el trayecto del yate... Terminamos encallados en una neblinosa isla que no figura para nada en nuestros mapas.

—Alone again, naturally... Alone again, naturally —no podía sacarme esa cancioncita de la mente: una fiel descripción de mi vida... 

Un día más.

Black... ¿Puedes guardar silencio? —todo este asunto puso de peor humor a mi compañera... y yo la entiendo, pero no hay nada que podamos hacer; la misteriosa niebla que cubre a la isla entera impide que alguien pueda ver nuestro mensaje de ayuda en la arena y... el yate es un desastre. No creo que puedan rastrear nuestra ubicación... Lo dudo mucho—. Por favor... Estás espantando a los peces. 

Ese "por favor" fue muy forzado.

—Yo... no tenía idea de que sabías pescar... —estoy susurrando—. ¿Quién te enseñó? 

Incluso para mí era obvio que tenía conocimiento en el tema. Claro que no cualquiera puede fabricarse una improvisada lanza de pesca con nada más que una simple rama; al menos yo no podría. 

—Papá me enseñó, al igual que a todos mis hermanos —me responde después de un largo suspiro—. Él era el mejor pescador de todo Miramichi... 

El mío nunca pudo enseñarme a andar en bicicleta... 

—Si llegamos a salir de aquí por favor recuerdame visitarlo —le sonrió pero no me ve: cuando habla sobre ella deja de tener contacto visual conmigo—. Tengo que agradecerle por salvarnos la vida con sus enseñanzas de pesca, ¿estás de acuerdo con eso?

—No creo que eso sea posible, Black...

Pero por supuesto, ¿qué me está ocurriendo? No se supone que deba intimar con ella. Ella es sólo mi compañera de trabajo. Ella es la Agente White y yo el Agente Black. Nada de nombres.

—Mmmm... creo que está por llover —le dije mientras observaba el cielo sobre nosotros, eclipsado por un montón de nubes oscuras—. Tal vez sea mejor que volvamos. 

Con "volver" me refería a volver al pequeño "refugio" que "construimos" con los restos del yate, varias hojas de palmera, ramas y esas cosas. Ya sabes, todo lo que podrías encontrar una isla inhóspita en medio de la nada. 

—Tienes razón... Volvamos. 

Ella como "sobreviviente" es mil veces más sexy; lleva su corto cabello oscuro recogido en una trenza, y las marcas de heridas en su rostro, junto con la ropa rasgada le dan un aspecto bastante rudo. Tenaz... como una mortífera cazadora, o algo parecido... Y yo, en cambio, soy un vagabundo barbudo y mugriento, casi enfermizo. 

Braco & Sebastian contra las Fuerzas de la Oscuridad #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora