Capítulo 19: "Los Hombres Grises"

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Aunque Braco no quería y se rehusaba a venir conmigo al Arcade, yo me las arregle para convencerlo: "será divertido" le dije "aún nos quedan un montón de juegos por probar"

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Aunque Braco no quería y se rehusaba a venir conmigo al Arcade, yo me las arregle para convencerlo: "será divertido" le dije "aún nos quedan un montón de juegos por probar". 

Al final, con mi insistencia él terminó por aceptar: "Está bien, está bien" me dijo "Pero si algo sale mal, esta vez será tu culpa". Entonces le prometí que nada saldría mal, aunque yo no soy el del problema... eso último también se lo dije.


Ese día llegamos muy temprano, el Arcade recién había abierto sus puertas y eso solo significaba una cosa: todos los juegos estaban disponibles para nosotros... y también para Evan; Braco arrugó un poco la nariz al verlo.  

—¡H-hola, dudes! —nos saludó con entusiasmo—. No m-me e-e-esperaba verlos aquí a esta hora.  

Ah, eres tú... —le contestó Braco de una forma no muy linda; ni siquiera se estaba esforzando un poco en ser agradable. Le solté un disimulado, y muy ligero, codazo—. También me alegro de verte... 

Creo que para Evan todo ese desprecio era invisible... Quizá solo le daba igual, o realmente no lo notaba: se limitó a sonreírnos con una muy sincera sonrisa de dientes separados. Me imagino que esos aparatos que tiene son para reordenar su dentadura... ¿Debería preguntar? Creo que no... Cosas de humanos.

—Llegan ju-justo a tiempo —nos dijo—: hacen falta tres jugadores p-p-para acabar con el dios de los Hombres Grises.

¿Hombres Grises? —le preguntó Braco mientras nos acercabamos a él; sentado en una máquina de forma triangular de color negro y luces fluorescentes por todos lados—. ¿Y esos quienes son? 

—¿N-no lo saben? —nos miró, sin creérsela—. Dicen que p-p-pertenecen a una inusual raza alienígena de humanoides grises bien vestidos y con gra-grandes ojos, tan brillantes como los faros de un a-a-automóvil. Tienen la habilidad de transformarse en quienes ellos quieran para c-c-confundir la frágil mente humana... 

—Hablas del videojuego, ¿verdad? 

Le dió unas palmaditas a los otros dos asientos.

—Vengan a d-descubrirlo, nenes. 

Pude ver que Braco rodó los ojos.

—Que dramático... 

 

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Braco & Sebastian contra las Fuerzas de la Oscuridad #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora