Capítulo 13: "Como Cualquier Otro Día"

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Al día siguiente Sebastian y yo despertamos como lo haríamos en cualquier otro día; yo desperté antes que él, como en cualquier otro día; él se despertó mientras yo bajaba por las escaleras de la litera, como en cualquier otro día; y ambos sonreím...

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Al día siguiente Sebastian y yo despertamos como lo haríamos en cualquier otro día; yo desperté antes que él, como en cualquier otro día; él se despertó mientras yo bajaba por las escaleras de la litera, como en cualquier otro día; y ambos sonreímos al vernos despiertos, como en cualquier otro día...

—Buenos días —me dijo después de un largo bostezo. 

—Buenos días —le dije después de bostezar también.

Como en cualquier  otro día, lo primero que hice fue ir al baño. Pero antes de entrar miré hacía arriba, al techo: la puerta del ático estaba cerrada de nuevo... Henry debía haberla cerrado y, quizá, acabábamos de meternos en otro problema por tomar el telescopio. 


Al salir del baño me dirigí a la sala; sabía que Henry ya estaría ahí, y no me equivoque. 

—¿Cómo te sientes? —me preguntó al verme entrar, y después bajó la mirada a su nuevo rompecabezas.

La verdad era que aún me dolía un poco el cuerpo, y mi pierna izquierda no estaba nada bien... Pero no iba a admitirlo de ningún modo. Podía fingir. 

—Estoy bien... 

—¿Por qué no quieres que te ayude? 

Sebastian apareció en la sala, saludó a Henry con una sonrisa, y se sentó a un lado de mí en el sofá sin decir ni una palabra.

Henry suspiró. 

—Me doy cuenta de que encontraron el... ático —mire que el telescopio seguía en el mismo lugar en el que lo colocamos ayer—. ¿Cómo lo hicieron? 

Sebastian y yo intercambiamos miradas. 

—Braco usó sus poderes con la cerradura... —le contestó Sebastian, un poco apenado—. Pero todo eso fue idea mía... No tienes que castigar a Braco por ello... 

Sonrió.

—No pensaba castigarlos, niños —colocó tres piezas seguidas, y luego nos miró—. Después del desayuno quiero llevarlos a un lugar... pero, nada de preguntas, ¿entendido? Es una... sorpresa. 

A ambos nos tomó por sorpresa esa sorpresa; yo aún no me creía que no fuera a castigarnos por indagar en cosas indebidas. 


Me pasé todo el desayuno en silencio, pensando a que clase de lugar nos llevaría... ¿Sería un lugar como el jardín de Glendower?  ¿Otro sitio mágico desconocido?  No tenía idea, y eso me fascinaba.  


Creo que, después de todo, este día no sería como cualquier otro...   

   

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Braco & Sebastian contra las Fuerzas de la Oscuridad #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora