Braco y Sebastian son dos chicos que luchan por defender Isla Refugio de las temibles Fuerzas de la Oscuridad: enfrentándose contra robots asesinos, alienígenas temibles y entes demoníacos, haciendo tanto amigos como enemigos en el proceso.
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—¿En verdad no recuerdas nada de lo que miraste? —era la segunda vez que Henry se lo preguntaba a Braco. Supongo que quería asegurarse, pero yo sabía que Braco no estaba mintiendo. Podía verlo en sus ojos—. ¿Nada, nada?
Desde que despertó, Braco no quiso hablar con nosotros; cada una de las preguntas las contestó moviendo su cabeza... Era extraño. Muy extraño. Normalmente Braco habla mucho todo el tiempo... Sin su voz el ambiente en la casa no es el mismo...
Ahora él mira por la ventana del auto, en total silencio, ni siquiera ha puesto algo de música como acostumbra: Braco es un misterio para mí.
—¿A dónde nos llevas? —le pregunté a Henry, quien también estaba extraño después de lo de ayer.
—Alguien está muy ansiosa por verlos de nuevo.
—¿Camille?
—Pronto lo sabrás —fue lo último que respondió antes de que se desatara la lluvia de golpe, en un segundo.
No me gusta la lluvia, me hace sentir triste sin ninguna razón, me hace pensar que el planeta entero está triste... La tristeza es otro misterio para mí. Otro misterio que quiero descubrir.
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