Capítulo 21: "La Fragua de los Héroes"

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—¿A dónde vamos? ¿Vamos a entrenar? ¿Vas a entrenarme por fin? —le pregunto a Henry por cuarta vez en veinte minutos y, justo como en los intentos anteriores, no me dice nada que responda a mi pregunta

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—¿A dónde vamos? ¿Vamos a entrenar? ¿Vas a entrenarme por fin? —le pregunto a Henry por cuarta vez en veinte minutos y, justo como en los intentos anteriores, no me dice nada que responda a mi pregunta... Clásico de Henry.

—No seas impaciente, Braco —sonríe—. Tú tranquilo, ya lo verás. 

Me doy por vencido. Sé que no me dirá nada por más que insista. Es muy bueno soportandome, por desgracia. Así que no me queda de otra; inflo los cachetes y me reclino de espaldas contra el lomo del tigre, una posición que me permite observar todo lo maravilloso que es el azul en el cielo del verano... 

—¿Y crees que fue una buena idea dejar a Sebastian con Pybee? —le pregunto después de un rato—. No quiero que la casa se encienda en llamas... 

—Ellos dos estarán bien. Pybee puede controlarse, y sé muy bien que Sebastian se encargaría en caso de un problema —hace una pausa prolongada—. Ahora el único incendio del que tengo que preocuparme eres tú, Braco...

Eso último me hace incorporarme.

—¿Q-qué quieres decir con eso? 

Casi sentí como si fuera a decirme algo. Una de las tantas cosas que sé que me oculta... pero no. El tono de su voz cambió, intentando quizá encubrir lo que había dicho hace unos segundos.

 —Solo... no quiero que se repita lo que sucedió aquel día, en esa nave espacial —se aclara la garganta—. Ese día en el que casi te perdí... Y se supone que yo debería cuidarte... Yo... no lo he hecho muy bien en estas últimas semanas. 

Suena como si yo fuera una obligación para él... Y lo peor es que no sé que tan bueno o malo sea eso.

L-lo siento, Henry... —masculle apenado; aunque ya me he disculpado un millón de veces por el asunto con la nave, sigo sintiéndome mal... Y no puedo evitarlo. Soy el culpable de todo lo que ocurrió después—. Fue todo mi culpa... Por mi tonta curiosidad... 

—No tienes que sentirte culpable, Braco —me dijo él—. Fuí yo quien decidió negarse a aceptar que están creciendo y... Bueno, ustedes dos aún son mis niños. Tú, Braco, eres mi niño... Pero no lo serás por siempre y tal vez debí comenzar a entrenarte desde antes... Debí enseñarte a protegerte de los peligros que existen allá afuera... 

Mi cuerpo no puede contener toda esa emoción; siento que voy a estallar y... es como si mis sueños se volvieran realidad.. ¿Acaso esto es real? No debería... ¿Henry está insinuando que va a entrenarme? Yo no debería sacar conclusiones apresuradas pero... ¡Va a entrenarme! Oh, después de tanto ¡No puedo creerlo! 

Me aclaro la garganta tratando de imitarlo; tratando de que mi voz suene mucho más tranquila y natural como la suya (no me sale nada bien): 

—Aún... Aún estás a tiempo, Henry... 

Braco & Sebastian contra las Fuerzas de la Oscuridad #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora