Los suelos se tambalean a la par de sus pasos y brincos; da una voltereta en el aire y su gran espada aterriza sobre la viscosa piel oscura de una criatura gigante.
Una mañana ruidosa en Isla Refugio.
—¡Estas cosas no se mueren! —exclamó Dan-Ya mientras dejaba caer todo su peso en el arma, intentando partir a la criatura en dos—. Por todas las barbas, ¿que rayos son?
Y, a tan solo unos pocos metros del combate, Henry lidiaba con tres más de esas criaturas de viscosa piel oscura: grandes lagartos, como salamandras, sin ojos y con unas fauces flameantes de color verde.
—Alguna vez fueron Bestias de Fuego de las cavernas subterráneas. Ahora son algo más —contestó con un tono de voz que dejaba entrever que aquella situación era crítica—. ¿Por qué no me hablaste antes de esto, Dan-Ya?
Ella trataba de mantener la boca de la criatura cerrada.
—Lo siento, ¿si? —replicó algo molesta—. Pensé que podría encargarme yo sola de estas sabandijas... Pero, veo que me equivoque... ¿Eso es lo que querías oír?
Henry sonrió.
—Más o menos.
Dan-Ya se quejó por el esfuerzo; las criaturas les superaban en fuerza y poder.
—Vamos —le dijo—. Convierte a estos malditos en cristal de una vez.
Realizó la posición de manos y pronunció las palabras claramente, pero el hechizo no tuvo efecto. Era, quizá, la primera vez en siglos que el Hechizo Celda de Cristal se veía en inferioridad; Henry se limitó a ver las palmas de su mano mientras un vapor azulado brotaba de entre sus dedos.
—Son demasiado grandes... —dijo él aunque no se encontraba del todo seguro—. Voy a necesitar de tu ayuda...
Dan-Ya los apartó con un fuerte puñetazo que los envió disparados hacia el lago; la adrenalina le hizo ignorar la mordida que llevaba en su antebrazo. Se acercó a Henry y lo subió a su hombro.
—Debes estar bromeando. Los Gigantes no hemos realizado magia arcana desde... Bueno, desde lo que les sucedió a los Primeros Gigantes.
—No tenemos otra opción.
—Oh claro que tenemos —replicó con un suspiro de cansancio—. Tenemos a Braco y Sebastian. La Luz de ambos es fuerte, lo suficiente para...
—La de Sebastian quizá —le interrumpió Henry—. Pero Braco... él... —se aclaró la garganta, arremango su camiseta e invocó su espada de luz celeste—. No quiero que estén cerca de estas cosas. No puedo permitir que les suceda algo... Son niños. No están listos.
Sin dar ni un segundo más de respiro para ellos, las criaturas se levantaron de entre las profundidades del lago escupiendo llamaradas verdes.
—¿Y tú lo estuviste? —le cuestionó antes de reanudar el combate.
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Braco & Sebastian contra las Fuerzas de la Oscuridad #1
AventuraBraco y Sebastian son dos chicos que luchan por defender Isla Refugio de las temibles Fuerzas de la Oscuridad: enfrentándose contra robots asesinos, alienígenas temibles y entes demoníacos, haciendo tanto amigos como enemigos en el proceso.