3.

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Pov lena

Ayer el Sr. Hernández me llamó diciéndome que hoy me pasara por su oficina y eso hice. Así que adivinen donde estaba ahora.

Exacto, estaba otra vez delante de la puerta del ascensor sin saber dónde ir.

Esta vez había sido lista y había cogido un taxi para venir al hotel. Pero el taxi no me puede llevar a la oficina a si que me tocó buscarla a mi, pero por donde empezaba. No me acordaba si se debía de ir hacia la izquierda o la derecha.

— ¿no te acuerdas de donde está la oficina del señor Hernández?— dijo una voz detrás de mi y me giré rápidamente.

La chica de ojos azules me miró con una sonrisa tímida en la boca. Llevaba en una mano la cámara de fotos y en la otra una carpeta.

— no me acuerdo— confesé— soy pésima para esto de la orientación.

— Esta bien, ahora mismo iba a reunirme con el, así que vamos llendo juntas— asentí con la cabeza y empezamos a andar las dos juntas— ayer el Sr. Hernández me enseñó tus diseños.

— ¿Que? Oh dios, que verguenza— dije mientras notaba mi cara arder.

— No, para nada, estaban muy bien. Me gustaron mucho— mi boca esbozó una sonrisa al oír eso.

— gracias— dije algo tímida y ella continuó con su sonrisa.

Entramos a la oficina del Sr. Hernández. Y esta vez sí me fijé en la habitación.

Era una habitación espaciosa con los muebles negros. En las paredes habían colgadas algunas fotos de varias modelos. Con varias prendas de ropa que reconocía ya que las había visto por las revistas de moda que tenía en mi casa.

Victoria le dió la carpeta que llevaba en la mano.

— aquí están las fotos de la sesión de ayer de Jennifer sin editar— ¿Jennifer? ¿Jennifer Turner?

Abrió la carpeta delante de nosotras y miró la fotos. Conseguí ver algunas fotos por encima. Era hermosa. No era como las demás modelos que se les notaban los huesos. Tenía un peso de una persona común, pero con un cuerpazo que todo el mundo le gustaría tener. Y a eso le sumamos su hermoso rostro la hacen sin duda la mujer más bellas del mundo.

El señor Hernandez cerró la carpeta antes de mirarme. En ese momento sólo esperaba que no me hubiera pillado embobada viendo las fotos de la rubia.

— La sesión de fotos será el día 5 a las 6 de la tarde. La fotógrafa será Victoria— la mira y luego vuelve a mirarme a mi— y la modelo la tengo que buscar todavía. Estaba pensando en Jennifer pero resulta que tiene la agenda muy apretada así que buscaré a otra.

¿Había oído bien? ¿Había buscado a una de las mejores modelos para patrocinar mis diseños? Dios, debe de ser un sueño.

Seguro que ha visto tus diseños y se ha espantado.

Cállate.

****

Después de estar alrededor de dos horas hablando sobre mis diseños y que se estrenarán en la campaña de otoño el señor Hernández da por terminada la "reunion".

A la salida Viky, así es como ella me ha pedido que la llame ahora que íbamos a trabajar juntas, me ha dicho que si quiere que vayamos a comer a alguna cafetería.

Asi que ahora mismo estaba recoriendo las calles de New York sin tener miedo de terminar perdida o en la otra punta de la ciudad.

Entramos a una pequeña cafetería muy acogedora, basada en los años 80. Con varios discos de vinilo de esa época colgando por las paredes.

Mi dulce modeloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora