Mi dulce modelo

35.

Lena pov

- Después de eso viene lo que ya sabes... dejé la compañía y Melody me presento a Jhon, ahí empecé de cero- se detuvo un segundo para tomar aire y cerrar los ojos- deje de acostarme con mujeres por dinero y empecé a hacerlo por diversión. Deje toda la mierda poco a poco de lado. Cuando cumplí los veinticuatro fue cuando decidí dejar también mi vida de mujeriega y a los pocos meses apareciste tu...- todo esto último lo dijo con los ojos cerrados. Mi corazón dolía, dolía por Jenny.

- Jenny, abre los ojos, por favor- le supliqué tomando su mano entre la mía, necesitaba verlos pero la modelo negó- amor... mírame.

- Tengo miedo de lo que pueda ver en tus ojos- susurró. Me acerqué hasta ella y le dejé un pequeño beso en la frente y otro en la nariz, lo más suave y delicado que pude.

- ¿Confías en mí?- le susurré otra vez, la modelo volvió a asentir sin pensárselo dos veces- entonces déjame ver tus hermosos ojos verdes, necesito ver tus hermosos ojos verdes.

Con suavidad Jenny abrió los ojos y miró los míos. Suspiré al ver aquel verde que me tenía tan enamorada.

- No llores, Lena- susurró pasando su mano libre por mi mejilla. Lloraba por ella, porque me dolía el pensar en todo lo que le había pasado.

- Primero deberías dejar de llorar tu, tienes toda la cara mojada- mis manos dejaron la suya y las puse en sus mejillas, limpiando todas lágrimas que se le habían caído con suavidad.

- ¿Te vas a quedar a mi lado?- su voz sonó frágil, rota- por favor no me dejes, eso pasó hace mucho tiempo y...

- Amor, cálmate. Te lo he dicho, no me voy a ir a ningún lado- vi como la rubia suspiraba antes de lanzarse a mis brazos. Le dejé suaves besos en su pelo tratando de que se calmara. Su cabeza se escondió en mi pecho, buscando un lugar donde sentirse segura- todo eso es pasado, ahora me tienes a mí, tienes a tus amigos y a tu familia. No vas a volver a caer, te lo prometo- Jenny solo asintió aún abrazando mi espalda con fuerza.

Estuvimos unos largos minutos en silencio, solas Jenny y yo. El pasado de Jenny me dolía, me dolía el saber todo lo que le había pasado y que yo no estuviera a su lado para ayudarla. El hecho de pensar que tuvo que estar sola contra todo eso me dolía aún más.

- Tu corazón late rápido- susurró con su oreja encima de mi pecho. Sentí mis mejillas calientes y estaba segura de que ahora debía de estar latiendo mucho más rápido- oh, ahora va más rápido- confirmó.

- Eso es porque estas tú aquí.

- Lo sé, tu tienes el mismo efecto en mi- su mano tomó la mía y la llevó a su pecho, y tenía razón, su corazón latía igual o incluso más rápido que el mío. Nos quedamos un largo tiempo así, cada una sintiendo el corazón de la otra hasta que la puerta de la casa se abrió y Jenny levantó su cabeza de mi pecho. Ahora su corazón latía demasiado rápido- mamá- la rubia se levantó con velocidad de encima mía y se fue corriendo para abrazar a su madre.

- ¿Cómo estás, cariño?- le dijo su madre tomándola de las mejillas. Aquella mujer era igual a Jenny, tenía los mismos ojos verdes y la misma sonrisa. Estuvieron un par de minutos hablando hasta que Jennifer se giró en mi dirección y extendió su mano hacia mí. La tomé con algo de vergüenza.

- Mamá te presento a Lena, mi novia. Amor, te presento a mi madre- estaba segura de que mis mejillas tenían que estar de un color rojizo. No estaba preparada para conocer tan pronto a la familia de Jenny.

- Mucho gusto- no me esperé que la mujer me diera un fuerte abrazo.

- Muchas gracias por cuidar de Jenny- susurró la madre de mi novia antes de separarse de mi con una sonrisa- ¿y tú ya has estado llorando?- Jenny rápidamente se tapó el rostro con sus manos, soltando una risa vergonzosa. Los restos de las lágrimas todavía se le veían.