45.

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Jenny pov

El pueblo de Lena se llenaba en verano, o eso era lo que ella me había dicho en la caravana. No la creía al principio, pues su pueblo era como el mío, y el mío no se llenaba para nada en verano. Más bien se vaciaba.

Pero cuando entramos al pueblo me di cuenta que estaba equivocada, había bastante más gente en las calles, los sitios para poder aparcar eran casi inexistententes así que tuvimos que dejar la caravana a diez minutos de si casa, y andar a 42 grados de temperatura hasta su casa. Suerte que tenían el aire acondicionado encendido cuando llegamos.

- Jenny, Jenny- gritaba la pequeña mientras saltaba a mi alrededor en busca de atención. Después de saludar a su madre me puse a su altura para abrazarla. La sobrina de Lena había crecido bastante, y ya no estaba segura de poder cogerla en brazos como si nada como hacia el verano pasado.

- ¿Y mamá y papá?- preguntó mi novia al darse cuenta de que sus padres no estaban. Era raro pues les habíamos avisado de a qué hora llegaríamos más o menos.

- Comprando.

- Tía Lena, ven, ven, mira lo que he dibujado- y la pequeña tomó del brazo a su tía haciendo que fuera hasta el salón. Yo observé la escena algo divertida.

- ¿Que tal estás?- me pregunto Marta, la hermana de Lena que podía ser perfectamente su clon si no fuera porque la diferencia de años empezaba a notarse. Marta ya tenía treinta y tantos mientras que Lena seguía con sus veintiséis- Lena me ha dicho lo que te paso.

- Estoy bien, solo fue un poco de exceso de trabajo- noté su mirada sobre mi mano, no supe porque hasta que recordé que llevaba el anillo que me había regalado Lena.

- Te has pro...- no deje que terminara de hablar.

- Lena, me pidió matrimonio mientras hacía puenting- dije rápidamente levantando mi mano, orgullosa del anillo que llevaba en el dedo anular.

- Siempre pensé que le pedirías tu el matrimonio- dijo bastante sorprendida, a mi lo que me sorprendió fue el hecho de que no se extrañó al saber cómo lo propuso.

- Amor- me llamó la diseñadora volviendo a aparecer en la entrada- Me he dejado el libro que me estoy leyendo en la caravana ¿Puedes ir por favor?

- Cielo, hace mucha calor...- me quejé haciendo un pequeño puchero. La de ojos miel al escuchar mi escusa se acercó un poco a mí y puso sus labios sobre los míos tratando de convencerme, pero no iba a caer tan fácil.

- Cuando vuelvas vamos a la piscina- bueno tal vez fuera sencillo convencerme.

- ¿Y te pones el nuevo bikini?

- Y me pongo el nuevo bikini- de inmediato sonreí, Lena se había comprado un bikini nuevo ayer en una tienda y sabía que me estaba muriendo por verla en el.

- En nada vuelvo- contesté dejándole un pequeño beso para salir corriendo de la casa. Hacía calor, pero podría soportarlo.

A la media hora volví a entrar por la puerta, parecía una fuente de todo lo que estaba sudando. Cuando crucé la entrada mi novia se levantó para abrazarme pero cuando vio lo sudada que estaba cambio de idea.

- ¿Te has ido a la piscina sin mi?

- Muy graciosa, Miller. Tu libro.

- Gracias, te amo- la morena tomó el libro y me dejó un pequeño beso- Vamos a cambiarnos y a la piscina.

Y eso hicimos en menos de diez minutos Lena estaba buscando su teléfono para irnos. Su sobrina quiso venir con nosotras, le suplico a su madre que dejara que se viniera, pero esta dijo que no, que nosotras estábamos de vacaciones y no para ir vigilando a nadie. A mí sinceramente no me importaba que vinieras así que también trate de convencer a Marta de que la pequeña podía venir, pero no sirvió de mucho.

Mi dulce modeloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora