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Jennifer

La puerta suena y escucho la voz de Josh llamándome. No le contesto.

Sé que ha venido a preguntar qué me dijeron, pero esa es la misma razón por la que quiero estar sola.

Cuando escuché el teléfono sonar, salí lo más rápido que pude. Ese Lenny me había tenido en espera tantos días y no aguantaba saber lo que fuera que me tuviera que decir.

—¿Bueno?

—Jennifer, ¿cómo has estado?

—Bien —me limité a decir —¿cómo está todo allá?

—Me alegra escuchar eso...¿te están tratando como se debe?

—Sí, si... ¿Qué ha pasado con el caso de Milo? —pregunté impaciente.

—Bien, respecto a eso... lamento no haberme podido comunicar hasta ahora, pero hemos estado haciendo muchas cosas y no quería llamarte hasta tener algo definido y claro...

—¿Qué pasa? ¿Ya saben quién mató a Milo? —tan solo con pronunciar esas últimas palabras sentía un nudo en el estómago.

—No exactamente...—se hace un silencio.

—¿Como que no? ¿Qué es lo que se sabe? —Comencé a desesperarme —Habla Lenny, dime lo que sea.

—Muy aparte de lo que la policía ha estado haciendo, ya sabes cómo trabajo yo. Así que empecé a investigar todo lo que rodeaba a Milo... yo lo conocía bastante bien pero habían cosas que no supe hasta apenas, y ahora veo porque me las ocultó...

Escuchaba como se detenía para ordenar sus ideas, supongo, y después de sus pausas seguía hablando.

—La empresa está atravesando por problemas. Problemas con sus proveedores, lo cual hace que se vea reflejado en las ganancias y el comercio...

Algo así había escuchado el día del funeral de Milo, por parte de sus compañeros de trabajo.

—Sí, pero también hay problemas legales... muy fuertes.

—¿Qué clase de problemas?

—¿Recuerdas que hace unos años la empresa se vino abajo y los señores Fitgerarld y Pepper casi pierden la empresa?

Claro que me acordaba. Por esos meses el papá de Milo se había puesto muy mal debido al exceso de estrés.

—Aja...

—Pues aparentemente había quedado resuelto todo pero no es así. Encontré unas cuentas bancarias con fuertes cantidades de dinero hacía destinatarios anónimos.... la empresa aún necesita ayuda, pero no porque no pueda subsistir por sí sola, sino que alguien ha estado transfiriendo el fondo de ahorros a otras cuentas.

—¿Quieres decir que le habían estado robando a Milo?

—Es lo que intento saber. Lo extraño es que no cualquiera podría hacer esas transferencias pues la cuenta está protegida con un código. Bueno, en realidad casi todo tiene código. Así que alguien muy cercano a Milo o en su defecto a Aarón, debió robárselo para manejar las cosas a su antojo. Ya hablé con Aarón y ésta muy sorprendido. Dijo que podría ayudarme a detectar el origen de la transferencia, pero le negué la ayuda. Trabajo solo, ya sabes.

Verdaderamente estaba sorprendida, puesto que si la empresa atravesaba problemas debí haberlo notado por Milo, es decir, ¿quién actuaría tan normal como lo hacía el mientras tenías problemas en el trabajo? o caso... ¿estaba tan cegada que no me daba cuenta?

Ese último pensamiento me hizo sentir culpable. Siempre presumía que Milo y yo éramos la pareja perfecta, y realmente lo creían muchas personas, pero en lo personal últimamente no pasábamos tanto tiempo juntos, solamente cuando se trataba de fiestas o eventos donde habían amistades o cámaras, pero ¿cuándo había sido la última vez que salimos a dar un paseo o nos quedamos en nuestro departamento haciendo nada?

Por tu vida | JOSHIFER (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora