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Hola!! Disfruten el capítulo, ando inspirada así que volveré a actualizar pronto wujuuu

Jennifer

—¿Rubio dorado o rubio claro? —pregunto mientras sostengo cada color en una mano.

—Yo no veo la diferencia.

—¿Cómo no la ves? —exclamo incrédula —Uno es más intenso que el otro.

—No se de que hablas —dice Josh ocupado viendo un shampoo.

Hombres. Una vez más me doy cuenta que más allá de los colores del arcoiris no logran diferenciar otros.

—Tomaré el rubio claro —digo más para mí, ya que Josh me ha dejado hablando sola. Cuando lo alcanzo, ya está al final del pasillo del super.

Es la primera vez que lo acompaño de compras y me alegra haber venido para darme cuenta de las cosas erróneas que compra.

—¿Más vegetales? —pregunta casi infartado

—Sí, más —puntualizo la última palabra mientras tomo una bola de lechuga —No puedo creer como te has alimentado como lo has hecho —me acerco a las naranjas y las aprieto. No se muy bien para que, pero he visto que eso hacen.

—Hasta ahora no te habías quejado de eso. Creí que te agradaba la comida.

—Y me agrada. Mags cocina muy bien...pero ese es el problema. No podemos comer siempre cosas de la calle.

—Yo he cocinado algunas veces...—empieza a decir.

—Lo sé, pero no comida sana.

Creía que estar cautiva aquí sería cuestión de días, pero ya han pasado semanas y si esto continúa debo intentar existir como solía hacerlo. Con lo anterior quiero decir que no puedo seguirme permitiendo reprimirme alimentandome mal y estar encerrada en casa.

De hecho, como se supone que soy la hermana de Josh, me permite moverme un poco más libre sin esperar que me descubran.

Me acerco al carrito y pongo las naranjas y unos limones. Continuo andando y él va detrás de mí ahora empujando el carrito.

Cuando pasamos por el pasillo de las golosinas recuerdo a Milo y su adicción por el chocolate.

—Creí que nada de comida chatarra —murmura Josh.

—Bueno, incluso las grasas entran en la pirámide alimenticia —apunto mientras tomo una bolsa de kisses.

—¿Han encontrado todo lo que necesitan? —pregunta con una sonrisa la señora que nos despacha.

—Sí, todo —contesta Josh.

Mientras pasa todas las compras por la barra para ser cobrada, me entretengo con una revista.

Josh y la señora mantienen una conversación muy natural como si fueran grandes amigos. En ocasiones percibo la mirada de la señora encima mío, pero como ya me he acostumbrado, me limito a ignorarlo.

Los primeros días aquí me la pasaba dentro de la casa, pero cuando comencé a salir, fue inevitable toparme con personas distintas. Y supongo todas me miraban intentando adivinar quien rayos era, y fue Liam quien se atrevió a preguntarlo directamente. Después de ese día acordamos Josh y yo en decir que yo era su hermana Jenna, incluso se lo mencionó a Sam.

La coartada era perfecta porque Josh aseguró que su hermana llevaba años sin venir y era poco probable que de la nada quisiera venir a saludar, así que mientras estuviera yo no tendríamos problema fingiendo que era ella. Incluso me mostró una fotografía de ella y debo admitir que tenía algunos rasgos parecidos a ella. Lo que más sobresalía era mi estilo de cabello y el color, y la mirada seria que predominaba en mi. De eso último no estuve estuve tan de acuerdo, o al menos nunca me lo habían dicho.

Por tu vida | JOSHIFER (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora