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Jennifer


Quitando el día depresivo y el susto que me llevé cuando llegaron los chicos, estaba pasando un buen cumpleaños después de todo.

Para nada me había esperado lo que habían organizado. Era más de lo que pudiera desear. Lo digo enserio. Tal vez esto no sea Hawaii, pero, vaya... me siento bien.

Después de que casi me como todo el pastel por culpa de Sam (porque luego vi que fue él y no Josh quien me había empujado), repartí un buen trozo a cada quien.

Mientras comiamos, Josh aprovechó que necesitaba lavarse la cara por la gran embarrada que le dí, y se metió a bañar.

Estoy en el sofá que previamente compartía con él. Sam y su amiga Erin están en el otro a un costado mío. Hay música y Sam ha sacado una botella de tequila.

Dios, tiene siglo que no pruebo una gota de alcohol y enserio lo necesito.

  —Y Josh decía que no debía traerla  —me comenta Sam cuando soy la primera en acercarme para que me sirva un vaso. 

  —¿Por qué?

 —Siempre se la pasa diciendo que hay reglas que no deben romperse —chasquea la lengua —Pero yo creo que exagera.

Sonrío.

Josh era la clase de persona que se rige por lo correcto y se preocupa por todo. Y entiendo su punto, pero yo no soy de seguir las reglas... no siempre. Y no veo mal tomar unos tragos. Aparte, es mi cumpleaños, maldita sea.

Cuando me estoy acabando el primer trago, escucho su voz por detrás. Volteo pero no veo nada.

  —¡Sam!  —grita, pero con la música, apenas es audible —¡Sam! —repite.

Pero al chico al cual le pide ayuda, esta demasiado ocupado quitándole algo de la cara a Erin con la boca. Río un poco ante la escena, aunque más bien es un gesto de ternura que me hacen sentir. Me levanto y voy hacía el baño.

  —¡Voy!  —aviso, pero parece que Josh tampoco logró escuchar mi voz, pues inmediatamente que me  ve aparecer frente a la puerta, se paraliza y se esconde medio cuerpo atrás de la puerta —¿Qué fue? —digo normal, ignorando su extraña reacción.

 —Eh...Jennifer... —comienza a balbucear —En realidad había llamado a Sam, pero gracias por venir...

  —Sí, lo sé. Pero esta algo ocupado... —enfatizo en "ocupado" y río un poco —Pero ¿qué paso? dime.

Frunce el ceño mientras se queda en silencio un momento y luego agrega: —No me he metido ropa...

Escuchar eso solo hace que lo vuelva a mirar hacía abajo de su rostro. Pero solo veo una pequeña parte de su torso y brazo pues sigue detrás de la puerta.

 —Y necesitas ropa —me adelanto a terminar su idea.

  —Pero no te molestes en interrumpir a Sam. No pienso mandarte a ti por ella.

Mofo.

 —Espera un momento aquí —digo al instante que giro para ir a su habitación, arriba.

  —Espera, Jenn...

  Demasiado tarde, ya voy a medio escalón y no pienso retroceder.

La verdad es que no había subido antes. No es como si estuviera prohibido, pero no tenía motivo alguno. Todo lo necesario estaba abajo.

Este segundo piso estaba muy oscuro. Menos mal había una lamparilla colgada, la cual tuve que encender enseguida, pero aun así carecía de suficiente luz. También noté que había un caos aquí. Una cama individual al lado de una ventanilla. Un buró. Y al fondo de todo eso un montón de cajas y cosas arrumbadas. Esto último apenas se podía divisar ya que se encontraba en en área donde el foco no lograba alumbrar bien.

Por tu vida | JOSHIFER (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora