Mi QUERIDO Profeѕor [jjk & kth]

Capítulo 35: Amor

Bebimos un poco, no lo suficiente como para emborracharnos pero nos dio el empujón que necesitábamos. ¿Se preguntaran probablemente de qué estoy hablando? bueno... aquí estamos, junto a la puerta del dormitorio de Jungkook. Contra la pared, frente a frente, con nuestras miradas llenas de pasión.

Me incliné, con ganas de arrancarle los labios pero al mismo tiempo vacilante, nuestras miradas chocaron y me congele al instante. No había necesidad de palabras, solo nuestros ojos, que lo expresaban todo. Corté la distancia entre nosotros y... nos besamos. Al principio nuestro contacto fue suave, pero el beso se profundizó y nuestras lenguas bailaban con fiereza. El calor se extendió por todo mi cuerpo, mientras que Jungkook se empujaba contra mí y nuestros miembros se tocaban a través de nuestra ropa.

Abrió la puerta con vigor y me condujo al interior hasta que choque con algo y caí de espaldas con él encima mio. Sí, era su cama, lo supe cuando abrí los ojos y me posicione mejor. Sus manos fueron a dar debajo de mi camisa, levantándola. Frotó sus manos en mi piel desnuda y pegué un grito ante sus toques. Mi pecho subía y bajaba mientras lo miraba, tenía los ojos llenos de deseo y lujuria. Sus dedos tocaban a través de mi piel, cerré los ojos y apreté los dientes de la necesidad que sentía

Agarré el dobladillo de su camisa y lo tiré rápidamente, ahora los dos estábamos solo con nuestros pantalones de pijama.

- ¿Estás seguro? - murmuró contra mis labios, Dios me gustaría que dejara de preguntarme eso.

- Sí - susurré. Inmediatamente se subió encima de mí. Mientras yo recorría cada parte de su bien tonificado cuerpo, estaba fascinado por la forma suave de su piel, explore todo y me detuve en sus nalgas. No dijo nada, así que continué, subí mis manos hasta su espalda, empujándolo más hacia mi. Nuestro beso se había profundizado aún más y ahora estaba casi sin aliento. Me aparté un poco y su mirada vidriosa, llena de deseo me llevó al límite.

Cada centímetro de mi cuerpo me gritaba que lo tomara, pero yo tenía que respetar si él quería alejarse en un determinado momento, pero por suerte, no parecía ser así... Le di la vuelta, así que ahora yo estaba en la parte superior, y nuestros ojos se encontraron. Los suyos, café oscuro que lo hacían lucir tan increíblemente hermoso, tan atractivo. Me incliné hacia su rostro, mis labios apenas rozando el lóbulo de su oreja.

- ¿Puedo mostrarte mi amor? - susurré y noté que su cuerpo tembló en el momento que esas palabras salieron de mi boca. Tomé el lóbulo entre mis dientes en broma, a la espera de su respuesta. Cuando lo dejé pasar, me eché hacia atrás y vi su visto bueno, esa fue toda la confirmación que necesitaba.

Mis labios colocaban pequeños besos, haciendo un camino hacia su cuello, hasta que llegué al principio de su abdomen. Lo miré y él asintió una vez más, dándome el permiso para bajar su pantalón. Al llegar a ahí, mis manos temblaban, por fin iba a poder demostrarle lo mucho que me importaba, y lo mucho que lo amaba.

Contuve la respiración y bajé completamente sus pantalones junto con su ropa interior. Su miembro ahora estaba libre de su prisión. Está bien, yo no se nada de tamaños, pero... Jungkook, lo tenía más que perfecto. No era para nada pequeño, pero tampoco era muy exagerado. En eso di una miradita rápida a Jungkook y al ver sus ojos, me hizo estar seguro de que podría ir más lejos.

Coloqué besitos alrededor de todo su pecho y abdomen, evitando deliberadamente ir más abajo, haciendo que se excitara mucho más. Cuando pensé que ya había tenido suficiente tortura, fui dejando besos desde la parte baja de su abdomen hasta sus piernas. Pensé que iba a explotar por la forma en que gimió, y no quería hacerlo sufrir más. Así que tomé su miembro entre mis manos y comencé a dejar besos desde abajo hacia arriba. Durante toda esa tortura, pude sentir como se ponía cada vez más duro. Para su sorpresa, empecé a chuparlo, mordisquearlo, y saborearlo, mientras disfrutaba de sus reacciones.