Capítulo 59: Él es adorable

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Ambos lloramos y de un momento a otro mi padre ya no estaba junto a nosotros en el abrazo. Sentí a Jungkook apretar sus brazos alrededor de mí y me sentí mareado. Fue eufórico. Literalmente no puedo describirlo como algo más, solo eufórico. Sus sollozos disminuyeron pero él no me soltaba, antes, se aferraba a mi, como si su vida dependiera de ello. No pude controlar mi impulso y besé la corona de su cabeza.

En el segundo que mis labios dejaron su cabeza, él levantó su rostro y me miró. Yo había crecido un poco mas desde la última vez que nos habíamos visto, así que era un poco más alto.

Seguí la visión de sus ojos mientras se paseaban por todo mi rostro hasta que llegaron a una parada... mis labios. Temblaba un poco y evitaba capturar ese par de cosas que había soñado en la cárcel. Mordía su labio inferior extremadamente duro, la mueca que hizo después lo hizo obvio. Entonces llevé mi mano y barrí mi pulgar por su labio inferior, liberándolo de su mordida.

- Lo siento - susurró.

- Te perdono y yo también lo siento - suspiré y froté mi mano de arriba a abajo en su espalda para tranquilizarlo.

Sus ojos se cerraron ante el sentimiento y mis impulsos regresaron. Dejé una mano en la curva de su espalda, y la otra recorrió arriba hasta llegar a la parte trasera de su cuello. Se estremeció en respuesta y un pequeño ceño fruncido hizo camino hacia su cara. Sonreí un poco y dejé que mi pulgar acariciara su cuello sensible, corriendo arriba a abajo de su lugarcito especial.

Dejó escapar un grito ahogado y apretó los ojos con más fuerza, concentrándose en todo lo que mis manos estaban haciendo. Moví mi brazo aún alrededor de su espalda, atrayéndolo más cerca de mi. Pude sentír un leve bulto a travéz de su ropa. La mano que estaba en su cuello se había trasladado a su mejilla y mi pulgar acariciando sus mejillas en movimientos suaves. Dejó escapar su aliento en un gemido ahogado y de inmediato abrió los ojos pensando que yo lo iba a alejar. En cambio, vió unos ojos amables, ojos de perdón. Sus propios ojos se centraron en mis labios de nuevo y se movió un poco más cerca de mi.

Pronto nos encontramos cara a cara, no me había alejado, pero él me evitaba con todo lo que tenía, tal vez era el miedo de que yo iba a cambiar de opinión.

- ¿Puedo...? - preguntó mientras miraba mis labios y lamia los suyos en preparación.

Exhalé, mi aliento golpeó sus labios y apareció que no pudo controlarse más. Él se adelantó y cerró la brecha entre nosotros. Escalosfríos atacaron mi frágil cuerpo a pesar de la sensación de calor que recibí de él. Cuando cerré los ojos, una lágrima cayó. Él movio una mano para agarrar un poco de mi cabello, tirando de el ligeramente... todavía recordaba lo que me gustaba. Abrí la boca para exhalar y esto dio la oportunidad a que su lengua entrara. Su lengua acarició a la mía, y el sentimiento puro de ellas frotándose una a la otra estaba haciendo girar mi cabeza, me sentí mareado y me era difícil mantenerme de pie.

Me dejé caer en sus brazos, pero él me levantó, me abrazó, apretándome con toda su fuerza mientras me besaba. Gemí de placer, mientras mordisqueaba mi labio inferior, trajo su mano hasta mi cuello para acercarme mucho más a pesar de que ya no era posible.

Me estremecí cuando un dolor atravesó mi estómago y dejé escapar un gemido. Pensé que era el beso que causaba esto en mi y lo era, pero el dolor estaba llegando a ser una molestia en vez de placentero. Él saboreó con ternura mi lengua y se relajó. Su poder sobre mí se aflojó y yo estaba allí con su comodidad, pero mientras caminaba hacia adelante para llevarlo al sofá, me caí. Sus rápidos reflejos ayudaron a que se abrazara a mí y cayéramos juntos al suelo. Apreté los ojos fuertemente mientras lloré y apreté mis dientes mientras él estaba sosteniendo mi cabeza tratando de hablarme.

Mi QUERIDO Profeѕor [jjk & kth]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora