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El vampiro estaba a la orilla del río en donde vivía junto con sus hermanos y padres en su infancia. Viendo nadar a los peces de muchos colores.

Fally~!.- esa voz chillona la reconocía entre otras mil.

-¡Macabre!.- ambos niños se abrazaron, ¿qué edad tenían? Macabre tenía como 10 años. Fallacy, Fallacy solo los aparentaba.

-Fally, ¡encontré a una familia de cachorros de lobo!.- decía preocupado el pequeño Macabre, en aquel entonces el aún no perdía su ojo y la inocencia de todo niño que le permitía ver la vida de modo diferente aún permanecía intacta.

En aquel entonces, ambos eran de corazón puro, ambos se llevaban como hermanos de sangre. No sé odiaban.

-¿Y su madre?.- cuestionó curioso el pequeño vampiro alegre, antes de volverse serio.

-...creo que le han cazado.- dijo algo decaído el chico que sería cazador.

Fallacy , sin decir nada respecto a aquello, emprendió rumbo hacia donde se suponía que estarían los cachorros.

-¿Qué esperas torpe? Yo no sé en dónde están los lobitos.- decía Fallacy mientras caminaba. Macabre no tardó mucho en alcanzarlo.

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Después de caminar, perderse, volver a caminar y caerse, llegaron en dónde estaban aquellos cachorros, se notaba a kilómetros que tenían frío y hambre.

Fallacy sin pensarlo, se quitó su pequeña capa que usaba para protegerse del sol cuando salía al bosque y tapó a los cachorros. Macabre le miro algo curioso.

-Si tu madre se entera te va a degollar.- dijo en broma el pequeño cazador.

-Mi madre no tiene porqué enterarse, puedo decir que jugando en el río se me callo y la llevo la corriente.- dijo sin importancia, de sus bolsillos saco unos cuantos pedazos de pan con queso.

-... pareces una rata.- le dijo el pequeño Macabre al vampiro, ganando se un golpe en la cabeza.

Ambos se quedaron allí, mirando a las crías de lobo comer.

-Hay que cuidar de ellos.- dijo Fallacy. Macabre le miro algo extraño.- Macabre, promete que cuidaremos de los lobos como si fueran nuestros hijos.- al escuchar eso, el que aún no era cazador se sobre salto.

-¡¿Disculpe?! Yo aún quiero mi libertad, yo no voy a tener hijos, yo no te viene a desvirginar!.- digamos que Macabre ya no era tan inocente. Pero, Fallacy aún era nuevo en esos temas, gracias a la sobreprotección que le brindaban su madre y su hermano mayor.

-¿des...virginar?.- como dije antes, ambos eran de corazón puro e inocente.

Macabre río nervioso.

-¿Sabes qué? Pensándolo mejor está bien, prometo que cuidare de ellos y de ti.- abrazo al vampiro por sobre los hombros, acercándolo.

Los niños cruzaron miradas, con ambos rostros bastante cerca.

-Te...¿te puedo besar?.- pregunto Macabre, que aún era ingenuo.

-¿Besar?.- Fallacy se confundió ante esto.

-Bueno, mi abuela me ha dicho que, la gente se besa porque quieres mucho a alguien y así se demuestra el amor que le tienes, yo, ¿te puedo besar?.- sin saber que era amor lo que sentía en su pecho, dijo lo que sentía, ignorando que estaba enamorado del vampiro.

-Bueno, si es así, está bien.- el pequeño vampiro espero a que el otro actuará.

Macabre tomo delicadamente el rostro de su amigo, acercándose lentamente, beso su boca. Ambos chicos cerraron los ojos, al ser inexpertos no sabían que más hacer.

De apoco se separaron, volviéndose a mirar a los ojos.

-Fallacy, te amo.- pensó en voz alta.

-Yo también te amo Macabre, eres como mi hermano, mi mejor amigo.- ambos niños comenzaron a reír, la inocencia era de lo que más gozaban en ese momento.

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Fallacy de a poco fue abriendo los ojos, desde que llegó ese cazador al pueblo sus sueños se convirtieron en recuerdos.

Se removió un poco en aquella cama, de aquella cabaña que encontraron en medio de la noche, algo le impidió moverse con facilidad.

Cuando dirigió la vista a su cintura, se encontró con el brazo del cazador, abrazándole mientras aún dormía.

Era la primera vez en años que lo veía con una expresión realmente tranquila.

-Macabre, deja me mover.- y como si se tratara de un hechizo, Macabre le "soltó" para que se moviera a su gusto.

El vampiro se volteó para quedar frente a frente con aquel que tuvo la osadía de tocar le indebidamente hace días.

Nuevamente ese instinto suyo volvió, pero está vez en vez de pedirle sangre y alimento, pedía que aquel cazador le abrazara.

Se maldecia internamente.

Tomo el brazo del cazador y lo paso por sobre su cuerpo, haciendo que este le abrazara. Se acurrucó nuevamente, está vez el cazador lo atrajo más a él.

-Creí que no querías que te tocará.- dijo entre sueños el cazador.

-...creeme cuando te digo que no soy yo.- finalizó la conversación para después cerrar sus ojos y acurrucarse más en el pecho del otro.

Esa calidez hacía que el corazón de niño que habitaba en ambos se descongelara, haciendo que sus recuerdos volvieran a sus mentes como si ayer se hubiera vivido todo.

la bestia y el cazador ||fallacy x macabre(?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora