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La oscuridad era lo que más se veía en aquel bosque, que más que un montón de árboles acompañados de un ambiente frío, parecía un laberinto oscuro en donde te perderías rápidamente, claro, para aquellos que no conocían el lugar. En cambio para Fallacy era un juego de niños del escondite.

Pero ahora en lugar de buscar al cazador empezó a buscar comida, un instinto suyo le decía que tenía mucha hambre, aunque dudaba que fuera su instinto.

No fue mucho el tiempo que le tomo encontrar campesinos que acampaban en un claro. Y como si fueran solo dulces, les succionó cada gota de sangre.

Su instinto aún seguía con ganas de más, esa sangre no le bastaba.

-Si sigues así te vas a poner gordo.- y como si fuera magia, al escuchar esa voz se le fue el apetito.

-...hay veces en las que me preguntó si me dejaras en paz algún día.- contesto el vampiro mientras miraba al cazador.

-Sabes que te dejaré de molestar hasta que Eterna te mate.- dijo burlón el de sombrero, acercándose al mayor en edad, con su pulgar limpió una de las comisuras del vampiro, donde escurría un pequeño hilo de sangre.- lo cual, ambos sabemos que es imposible.- lamió la sangre que limpió de la boca del vampiro, haciendo una mueca de asco.- ¿a qué diablos se supone que sabe está cosa? Sabe a metal y está salada.- escupió instantáneamente para quitar ese sabor "horrible" de su boca.

Esto a Fallacy le dió algo de gracia, reprimiendo una risa algo sonora. Sintió como nuevamente el cazador le limpió la boca, está vez no la lamió.

Fallacy tomo su mano y quitó la sangre con su lengua, más específicos, comenzó a chupar el dedo del cazador.

-Contestando a tu pregunta.- dijo el vampiro acabando de chupar el dedo del "mayor".- es dulce, es como un vicio. Algo así como el mejor vino que puede haberse hecho en el mundo.- soltó su mano lentamente, aunque el cazador no quisiera.

De a poco fue sintiendo como sus manos se entrelazaban, haciendo que recuerdos pasarán por la mente de ambos. Y como si alguien avivará la pequeña chispa que se había apagado hace años, cruzaron miradas.

Macabre se fue acercando al rostro del menor en altura y beso su frente, así como lo hacía cuando eran niños. (porque si, aquí en mi historia Fallacy es un pitufo, bueno no tanto).

En el frío corazón de Fallacy, una calidez se sintió, haciendo que una sensación algo familiar le invadiera, como cuando su madre le abrazaba cada que se caía y raspaba las rodillas, o cuando le besaba su frente, cada que una tormenta muy fuerte caía a tal grado de hacer que los relámpagos parecieran las trompetas que anunciaban el fin del mundo.

El vampiro posó una mano en el pecho del cazador, sintiendo los latidos de su corazón, que eran algo acelerados.

-...tu corazón, está muy-

-Esta así por ti.- dijo Macabre, el vampiro no se sonrojo, no sintió pena.- se que tú no vas a sentir lo mismo, y lo entiendo, después de todo, somos muy diferentes desde la niñez.- el vampiro no dijo nada, después de todo, el cazador tenía razón.

Quitó su mano, talvez era mejor no decirle sobre el crio que esperaba.

-Me tengo que ir.- dijo el vampiro, más fue detenido por un agarre en su muñeca.

-Por favor, se que el odió que tienes hacía mi persona es bastante fuerte, pero no quiero quedarme solo está noche.- y sin que el dueño del castillo pudiera tan siquiera contestar, los brazos del otro le aprisionaron, un abrazo, suponía él.

Era cierto que talvez no correspondería esos sentimientos, pero el tacto del cazador le hacía volver a sentir la calidez que una vez perdió.

la bestia y el cazador ||fallacy x macabre(?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora