☙ Capítulo 7

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—Capítulo 7—

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—Capítulo 7—

Los pacientes nos encomiendan sus cuerpos, pero no sus almas, y andamos como el diablo, tratando de disputárselas a Dios.

(Gabriel García Márquez)

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Sigo a Scott entre los edificios viejos y atestados de escaleras oxidadas. Hay basura esparcida por todas partes, varias de las bolsas que las contienen están mordidas por perros.

— ¿Qué ha sido eso?

—No querrás saber, créeme.

—Venían por mí.

Abre la puerta del auto y antes de entrar, pronuncia:

—Los llamamos Parcas, una especie de rastreadores. Y no suelen aparecer al menos que alguien se los ordene. Ahora hazme un favor y súbete al maldito coche.

Mi cuerpo se mueve, no por mi cuenta, una gran fuerza me obliga a hacerlo. Mi cuerpo actúa por sí solo ante su petición, ha vuelto a manipularme para cumplir sus órdenes.

Scott enciende el motor, pone reversa, cambia a primera, acelera y nos alejamos de las patrullas que ahora se arremolinan en torno a la camioneta negra. No puedo creer lo que pasó, que fuimos parte de una persecución, como si fuera una película. Seres demoníacos, disparos, sacrificios...es increíble.

Miro la escena por el espejo retrovisor, a la gente se acerca al vehículo, incluso cuando nos alejamos y ya no podemos ver nada más.

Al subir a la avenida, mi cuerpo se ablanda, vuelvo a tener su control.

—Deja de hacer eso.

—¿Qué de todas las cosas? —pregunta.

—Controlar mi cuerpo. Podrías asesinarme.

—Créeme, Bianca—susurra con rabia—, si te quisiera muerta, ya te habría asesinado.

Hago silencio, porque ¿qué tan macabro puede ser Scott para asesinar a alguien? Acabo de presenciar cómo les sacó la vida a esos tipos como si fueran simples juguetes. Sus movimientos, su agilidad, la forma en la que sostenía ese cuchillo...debe tener mucha práctica, demasiada.

Sabe qué movimientos hacer, sabe dónde acuchillar.

—Estamos a salvo, ¿cierto?

Pero lo que quería preguntar realmente era... ¿Estoy a salvo?

Él baja en la primera salida para volver a casa. Su mirada se pierde en la ciudad que pasa rápidamente por fuera del auto.

—Por ahora—exclama—. Los Rastreadores son de la más baja jerarquía, por eso pude con ellos. Debes tenerles miedo a los perros del Infierno o a otros como yo. Mi hermano mandará a los más fuertes, como los rastreadores. Hay diferentes clases de ellos, éstos...—hizo referencia a los que acababa de asesinar. Me mira de reojo—. Tienes suerte de estar viva. Sino fuera por mí, ya estarías despedazada por la calle.

✔ Tenebris/ Los hijos del Diablo  1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora