Tras la muerte de su hermana mayor y la aparición de una nueva familia en el pueblo de Ashbourn, Blas Stanford se ve envuelta en un gran misterio: ¿acaso su hermana cometió suicido o...la asesinaron?
Todas las respuestas que busca solo se las puede...
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—Capítulo 17—
La noche tiene mil ojos, y el día solo uno; sin embargo, la luz del brillante mundo muere con el sol moribundo.
—Francis William Bourdillon.
Camino de un lado a otro, pensando en los próximos movimientos que voy a dar. Se llevaron a Audrey, demonios se las llevaron y no tengo idea de cómo salvarla.
—Llamaré a la policía.
—No pueden hacer nada contra los Rastreadores.
—Pueden encontrarla. Pueden...
—Bianca, estamos hablando de demonios. Demonios especializados en rastreo y captura. ¿Viste sus movimientos? Van a matarnos, solo será un juego para ellos.
Marco el novecientos once y en cuanto me atienden del otro lado, Luhan me quita el celular y lo estampa contra el suelo.
—No es algo que los humanos puedan arreglar.
—¿Y tú sí? ¡Estamos hablando de mi mejor amiga! ¡No la voy a dejar sola!
—Esperaremos a Scott. Una vez que venga, le informaremos lo que acaba de pasar y entonces....
—¿Scott? La noche pasada casi muere, ¿y ahora dices que va a poder luchar contra esos demonios?
Estaciono el auto frente a casa. Luhan desaparece de mi vista. Está tan nervioso como yo, o peor.
—Scott es fuerte, incluso con la maldición pudo matar a Asmodeus—me recuerda Luhan una vez que yo entro a casa y él se hace presente.
Subimos las escaleras y reviso los cajones. Preparo una mochila con todo lo necesario. No pienso esperar a Scott para ir tras Audrey. Tomo el gas pimienta y una navaja que mamá me compró una vez por seguridad.
Una vez que todo está listo, me llevo la mochila al hombro y veo a Luhan sentado en la esquina de la cama con los zapatos sobre las sábanas. Se mira las uñas y hace una mueca de dolor.
—Creo que me rompí una uña.
—¿Acaso piensas venir o qué?
—Tengo qué—reprocha levantándose—No me queda otra, le prometí a mi hermano que cuidaría de ti.
—Entonces ayúdame.
Vuelve a tomar asiento en la cama.
—Esperaremos a Scott.
—¡Eres un...!
Al avanzar hacia Luhan, otro cuerpo me lo impide. Una estela negra me envuelve por completo. Unos ojos verdes me ven desde un punto más alto y entonces, Scott me dedica una sonrisa pícara.
