Tras la muerte de su hermana mayor y la aparición de una nueva familia en el pueblo de Ashbourn, Blas Stanford se ve envuelta en un gran misterio: ¿acaso su hermana cometió suicido o...la asesinaron?
Todas las respuestas que busca solo se las puede...
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—Capítulo 26—
La ambición es el último refugio del fracaso.
(Frases y filosofías para uso de la juventud, Oscar Wilde)
Las imágenes pasan rápido por mi mente. El primer día de clases que tuve, con mamá suplicándome que sonriera para la cámara.
El cumpleaños doce de Lori, cuando le llevé en manos la torta para que soplara las velitas y terminó en el suelo.
El viaje a Disneyland en familia, cuando me subí a la montaña rusa por vez primera, cómo le rogó Lori a mamá para que la dejara comprarse los libros de Harry Potter, que al final no se los compró.
Me estanco en una escena: mamá cocina el desayuno. Es verano, las ventanas están abiertas de par en par, la luz del sol entra en casa y lo ilumina todo. Hace bastante calor como para usar el uniforme de gimnasia, así que me veo a mí misma bajando las escaleras de casa con dos coletas, un papel en mano que vuela con el viento y la mochila en los hombros. Grito por algo en concreto, aunque al ver a mi hermana bajando a toda velocidad también, supongo que habremos peleado.
—¡Mamá, Blas me rompió el pinta labios!
—¡Mentira, mentira! —grita mi yo pequeña.
Mamá deja el cucharón rojo sobre la mesada de la cocina y viene a nosotras.
Mi otra yo da vueltas en torno a la mesa con el papel en mano. Mamá me toma de los brazos para hacerme cococho, hasta que lo noto: la hoja está marcada con algo rojo.
—¿Qué le hiciste a tu hermana, cariño? —pregunta mamá.
—¡Qué es lo que no hizo! —grita Lori.
—¡No hice nada!
—¡Siempre rompes todo! ¡Ayer me agujereaste el vestido que iba a usar para la fiesta...!
—Loraine, has silencio—y mi hermana se cruza de brazos esperando una respuesta—Y tú, pequeña diabla—me toca la punta de la nariz—Deja de robarle cosas a tu hermana.
Yo parto en llanto.
—Es que quería hacer un dibujo...—me excuso—Se me acabó el lápiz rojo y encontré esto en la...
—De acuerdo, mira—dice mamá al bajarme al suelo—Vamos a hacer esto, cuando Lori vuelva de la escuela te compraremos una caja de lápices nueva.
Loraine se enfada.
—¿Y mi vestido qué?
—Compraremos otro, ¿de acuerdo? Lápices y vestido nuevos.
