Capítulo 15

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—Capítulo 15—

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—Capítulo 15—

Sufro sin enseñar mi descontento y amo, aunque deba aparentar odio".

—Elizabeth I de Inglaterra.

Logan me ayudó a subir a Scott a mi habitación. No podíamos dejarlo en el cuarto de estar y correr el riesgo de que mamá lo viera, no en ese estado. Ella piensa que los vecinos realmente existen, que Scott es un humano común y corriente que trabaja en un taller de autos.

Si los demonios pueden implantar imágenes tan reales en la cabeza de simples mortales, entonces ¿cómo uno puede diferenciar la realidad de lo ficticio? Espero que Scott jamás vuelva a hacer aquello conmigo, espero que siga manteniéndose fuerte porque lo necesito. Necesito que esto se acabe, que los demonios solo sean una pesadilla y ya. Sé que logrará asesinar a su hermano, logrará vencerlo y obtendrá lo que tanto quiere.

Pero hasta entonces, debo mantenerlo a salvo. Si muere, entonces el sacrificio de mi hermana no servirá de nada. Como Luhan lo aclaró, si Xander sube al trono, los humanos padeceremos.

Y ninguno de nosotros quiere eso.

Luhan deshizo el gran pentagrama que Scott dibujó en el suelo del cuarto de estar. Acomodó todo como estaba con sus poderes demoníacos.

Y cuando ya solo quedaba esperar a que Scott se recuperara, tanto Luhan como Logan se fueron. Prometí que haría lo que fuera para que ya no lo tomaran como el asesino de mi hermana, le prometí que le explicaría lo que vio hoy.

Mamá me llama a los minutos diciendo que se le hizo tarde, que pasará la noche en lo de su amiga. Últimamente está saliendo más que yo, se está transformando en esas madres que prefieren estar fuera y festejar a quedarse en casa y descansar luego de un día largo.

Pero no me puedo enojar con ella. Lo necesita, ambas lo necesitamos.

Le doy una última mirada a Scott antes de salir del cuarto. Está acostado boca arriba entre almohadones y sábanas. En otra circunstancia, hasta incluso podría haberme acostado a su lado y tocar su torso desnudo. Jamás he visto a Scott comer o tomar algo. Pero su físico es fuerte.

Salgo de la habitación y camino por el pasillo directo al cuarto de Loraine. Me detengo en la puerta, pensando en la última vez que entré. Le había pedido un vestido para una fiesta, para el baile que había organizado Stacy por sus veinte años.

Me discutió con que tenía que ser más femenina, que no podía ir de aquí para allá vistiendo únicamente jeans.

Tomo el pomo de la puerta y la abro. Las persianas están cerradas. Hay olor a encierro, pero el perfume a frutilla que solía usar en sus prendas persiste. La cama está sin hacer, sin sábanas. Hay cajas por todos lados, incluso sobre la escalera que conduce al mini cuartito de descanso que utilizaba para el trabajo. La nostalgia me embarga y las ganas de llorar me inundan los ojos. ¿Por qué tuvo que irse? ¿Por qué no pensó primero en su familia y en todas aquellas personas que dejaría atrás?

✔ Tenebris/ Los hijos del Diablo  1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora