Tras la muerte de su hermana mayor y la aparición de una nueva familia en el pueblo de Ashbourn, Blas Stanford se ve envuelta en un gran misterio: ¿acaso su hermana cometió suicido o...la asesinaron?
Todas las respuestas que busca solo se las puede...
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—Capítulo 13—
Vagos recuerdos, recuerdos nada más. Pero en la tumba todos, todos serán renovados.
(W.B. Yeats)
El oficial nos entrega un sobre de color madera. Mamá duda en tomarlo, sus manos tiemblan. Lo hago yo por ella y lo abro. Es un cd que tiene escrito con rotulador: "cámaras de Gregory's Bar".
Hay fotos impresas también. Mamá las toma y las ve una por una. En ellas se observa la figura de mi hermana, camina por las calles del pueblo. Cruza por la senda peatonal con el semáforo en verde. Loraine corriendo y entrando al bar. En ningún momento muestran su auto, no hay nada sospechoso.
—Su hija debió salir de su casa esa noche y se dirigió al bar. Mis colegas investigan en este momento, así que no se preocupe. Definitivamente encontraremos al sospechoso.
—Creí que había un culpable—dice mamá.
El oficial aparta el cd de mis manos, prende la pequeña televisión y pone a funcionar la cinta. Se cruza de brazos mientras que el video empieza. Las imágenes están en blanco y negro, aunque puedo diferenciar la figura de mi hermana que entra al bar. Las imágenes cambian rápidamente, el sonido de la gente bebiendo y gritando es lo único que se puede escuchar. Loraine se mueve hasta sentarse en una de las sillas de la barra. Un barman le entrega algo...
En la siguiente escena, hay un hombre con ella.
—¡Ay, Loraine! —llora mi madre—¡¿Cómo pudiste hacerlo?!
Sigo mirando la escena. El hombre no debe de tener menos de veinticinco años, en realidad parece mucho más joven que mi hermana. Pero ella habla con él como si ya lo conociera.
Xander.
Pero no es él en su verdadera forma. Loraine se da vuelta para retirarse, se aleja entre la gente. La figura del chico queda estática, hasta que me doy cuenta de que estaba esperando el momento indicado para hacerlo: mete algo en la bebida de Loraine. Y cuando ella regresa, no duda ni un segundo en ofrecérsela.
Ella se deja caer contra el hombro del sujeto, llora. Lo sé por la posición en la que está, porque las manos tapan sus ojos ocultando sus lágrimas. Él la abraza y puedo ver cómo mamá a mi lado aparta la vista. Pero yo sigo viendo incluso cuando ambos salen del bar y las cámaras se apagan.
—¿Por qué? —repite mamá entre sollozos—¿Por qué mi Loraine haría algo así?
—Señora, tiene que calmarse. Ya estamos trabajando en el caso...
—¡Eso no va a traer a mi hija de vuelta! —grita mamá levantándose y golpea la mesa con sus nudillos—¡¿Dónde está la justicia en todo esto?! ¡Hace un mes que nadie puede...!
—Mamá—la calmo—Tranquila—la tomo de los hombros y trato de sentarla nuevamente. El oficial le sirve un vaso de agua y mamá toma de él.
—Hacemos lo posible para reconocer al sospechoso. Estamos seguros de que puede ser el responsable de este incidente. Señora Clark, le juro que pondremos tras rejas a este hombre.
