Tras la muerte de su hermana mayor y la aparición de una nueva familia en el pueblo de Ashbourn, Blas Stanford se ve envuelta en un gran misterio: ¿acaso su hermana cometió suicido o...la asesinaron?
Todas las respuestas que busca solo se las puede...
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-Capítulo 16-
Soledad, tu fiel amigo, no traiciona, siempre está contigo".
-Anónimo.
Audrey se inclina sobre la mesa de la cafetería y susurra un:
-Entonces...tú y Scott... ¿te gusta?
Le da un mordisco a la dona bañada en chocolate que acaba de comprar.
-No lo sé.
Intento abrir la botella de agua, pero la maldita tapa de plástico parece haberse atorado. Estoy cansada, tengo sueño y el cuerpo me duele.
-¿No lo sabes o no quieres decirme?
-Audrey, es complicado. Él no es...
-Déjame decirte algo-parte la dona por la mitad y las ubica a ambas en cada punta de la mesa-El miedo-me señala el pedazo que tiene chispas de colores-y el amor-ahora es la parte de la dona más grande-no van de la mano. Si te gusta, díselo.
-No puedo hacerlo.
¿En qué momento comenzó a gustarme Scott? No lo sé, aún trato de averiguarlo. Pero él no tiene sentimientos, no siente absolutamente nada. Supongo que estaba en lo cierto cuando una vez me dijo que no era su tipo. ¿Y quién es Sarah? Ese nombre hace eco en mi cabeza una y otra vez.
-¿Por qué no?
Audrey no tarda en comerse la dona del miedo.
-Pues porque...-¿decirle la verdad? ¿contarle sobre el mundo de las sombras estaría mal? -no es lo que crees.
Me cruzo de brazos.
-¿Es por lo de tu hermana y todo eso de los...símbolos raros que encontró Logan?
Aprieto tanto la botella de agua entre mis manos que la tapa termina por abrirse. Entonces yo también me inclino sobre la mesada y ella espera a que le cuente lo que estoy a punto de decirle.
-Si te lo digo, promete no contarlo.
-¿Tan malo es?
-Audrey, hablo en serio.
-Yo también.
Aspiro hondo y entonces exclamo:
-Scott es el hijo del diablo.
Se queda de piedra. Mueve los ojos de un lado a otro, tal vez intenta comprender lo que acabo de decir. Sé que no me cree. Se deja caer contra la silla, se tapa la boca con las manos y distingo aquella risita que se le escapa de los labios.
-Scott...ósea que él...-intenta comprender lo que le dije-¿es un demonio? -alza la voz.
