Capítulo 9

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—Capítulo 9—

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—Capítulo 9—

Soy adicta al veneno de tu desamor, a la frialdad de tu mirada y a la indiferencia de tus palabras".

(Anónimo)

No volví a ver a Scott en lo que restó de la semana.

Mamá llegó tarde ese día. Tuve que limpiar el desorden que Scott dejó en el baño y busqué una perfecta excusa para decirle a mi madre el por qué tenía un golpe en la frente. No podía decirle nada de esto, ¿qué iba a pensar de mí? Que me estaba volviendo loca, que seguramente necesitaba ir al psicólogo y medicamentos. Saldría con el tema de que me estoy haciendo la cabeza con la muerte de Loraine.

Así que, para cuando dieron las diez de la mañana del día siguiente, bajé a desayunar y encontré a mamá preparando el café. Al verme con la herida en la frente, tuve que mentir lo mejor que pude:

—Audrey se metió en una pelea el otro día y tuve que separarla.

Sé que a mamá no le gustan ese tipo de cosas, las peleas y los conflictos de jóvenes hormonales que discuten por chicos. Era eso o tener que lidiar con una verdad que no entendería.

—¿Y cómo dejaste que te pegaran? —viene a mí y me toca la venda. Hago una mueca de dolor para que vea que aún sigue doliendo—hablaré con Susan de esto.

Susan es la madre de Audrey.

—¡No! No lo hagas, no quiero que Audrey se enoje conmigo después.

Tomo la taza de café entre las manos, sentándome nuevamente en la silla frente a la mesa, en el lugar que se ha sentado ayer en la noche Scott.

—Estamos hablando de tu salud...

—Estoy bien—interrumpo—Mamá, tienes que saber que no puedes meterte en todo—y mis palabras la hieren, lo siento por cómo me mira detenidamente— Estoy bien—repito—No te preocupes.

Esa mañana, al salir de casa con el paraguas en mano por la intensa lluvia que cayó sobre Ashbourn, me limité a pasar el día en la biblioteca pública buscando, tal vez, algún libro que me sirviera como apoyo informativo en cuanto a lo que Scott me dijo la noche pasada. Si bien tuve la posibilidad de buscar por internet al respecto, no quise guiarme por unos datos no comprobados. Bueno, nada de esto parece real y aún tengo la sensación de que tarde o temprano despertaré en mi cama y que Scott y todo su mundo de demonios solo serán producto de una horrible pesadilla.

La biblioteca es un gran edificio antiguo que contiene más de trescientos mil libros. Tengo que pasar por unas barras de seguridad antes de entrar, con la mochila a cuestas. Me dirijo hacia la bibliotecaria que está postrada detrás de una gran barra de madera acomodando papeles y tecleando en la computadora de escritorio. Lleva unos anteojos redondos sobre el caballete de la nariz, el cabello recogido y una camisa con volados en el cuello. No parece más joven que mamá.

✔ Tenebris/ Los hijos del Diablo  1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora