Capítulo 11

3.1K 364 12
                                    

—Capítulo 11—

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Capítulo 11—

Vuestra indiferencia es mi infierno, allí soy débil, infinitamente pequeña junto a ti.

(Mary Elizabeth Coleridge)

—Así que, ¿desde cuándo se conocen?

—Hace un par de días—miento.

—Una semana—dice Scott por sobre mis palabras.

Luhan nos mira con la copa entre los labios, mientras que intenta entender lo que acabamos de decir.

—¿Y qué hacen juntos? Es raro ver a una humana al lado de un demonio. Y más cuando se trata de uno de los Hijos del Diablo—estoy a punto de responder a aquello, pero Luhan sonríe y agrega: —No me digas que la estás poseyendo.

—Cállate, inútil.

Luhan me señala.

—Entonces... ¿has enamorado a mi hermano? ¿O él te ha enamorado a ti?

—Eh, yo...

Attendre, attendre...—habla en Francés el rubio—vous aves trouvé un humain pour le trone.

—J'attends le momento. Cést le plan—responde Scott en su mismo idioma.

—Si esto se da, las cosas irán bien después de todo—ahora Luhan habla en español, algo que sí puedo entender. Pero ¿qué es aquello que no querían que supiera? —Con la muerte de Sarah, has perdido hasta el alma. Es hora de que te levantes y reclames el trono.

—¿Quién es Sarah?

Por primera vez en la noche, incluso por primera vez desde que conozco a Scott, una pizca de celos se acumula en mi interior. De pronto me doy cuenta de que no sé nada sobre él, ni qué le gusta o que no, lo que suele hacer en el día o a dónde va a parar cada vez que desaparece. Me doy cuenta de que lo que sé son solo unos pocos granos en medio de una gran playa y, aun así, tampoco llego a comprenderlo del todo.

Luhan y su hermano mayor intercambian miradas. Sé que no me dirá nada, no sin antes una aprobación de parte de Scott.

Para nuestra sorpresa, una voz se alza desde los parlantes y comienza a hablar. La verdad es que no le presto mucha atención, porque estoy tan concentrada en mirar a Scott que hasta el más mínimo ruido desaparece.

El gran zumbido de aplausos me saca de mis pensamientos.

—Como sabemos, todos los años nos reunimos aquí para festejar la llegada del jefe. Los años anteriores hemos tenido dificultades en cuanto a la planificación y la sanción de la Ley Demoníaca, pero este día es muy comprometedor. No solo volverá el jefe para nosotros, sino que también tenemos el placer de conmemorar y festejar el cumpleaños número tres mil doscientos de mi sobrino, Luhan.

✔ Tenebris/ Los hijos del Diablo  1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora