Clave #11

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Las fiestas de cócteles eran, en pocas palabras, la cosa más aburrida que pudo haber experimentado jamás. Uno escucha historias de cómo son esos eventos o lo ve en las series y películas, gente con copas en mano charlando y riendo, quizás bailando si había una banda decente. No pretendía conocer la forma en la que el cerebro de la clase alta operaba, pero realmente dudaba que alguien se estuviera divirtiendo de verdad en aquel salón amplio sumergido en música clásica.

¿Es que la clase alta no conocía otra cosa más que a Bach, Mozart, Beethoven, Pachelbel y todos esos? Un poco de música actual y más movida no los mataría.

Como si el aburrimiento arrollador no fuera poco, el traje que llevaba lo estaba asfixiando, más aún con la temperatura que hacía dentro del recinto lleno de gente. Casi sin darse cuenta se removía de un lado al otro mirando sin realmente mirar en todas direcciones, manteniéndose en las sombras mientras Seokjin charlaba con parsimonia con cualquiera que se le acercara.

Si era completamente honesto, seguía demasiado preocupado por él. Antes de salir del apartamento esa tarde le había dicho que había cosas de las que quería hablar con él, pero que lo haría luego de la misión. No sabía qué esperar, en lo absoluto, de la conversación que se venía, así que intentaba no hacerse ideas para no ponerse nervioso. Tenía que admitir que le costaba un poco.

—Joonie, intenta no removerte tanto, tus nervios se sienten en el aire —aconsejó Seokjin a sotto voce una vez que una pareja se alejó de ellos—. La gente sospecha mucho de los nerviosos, ¿sabes?

—No estoy nervioso —aclaró sintiendo cómo su rostro empezaba a arder—, estoy aburrido. Y este traje va a terminar matándome.

—A mí también, me encanta cómo acentúa tu torso y piernas —dijo Jin entre risitas. Vaya lugar para hacer ese tipo de comentarios—. Ve a servirte algo de alcohol o date una vuelta, estás espantando a los invitados.

—Eso haré, coronel.

Teniente general, en realidad.

Tras esa demostración de rango tan casual, Seokjin se volteó y empezó a charlar con un hombre que se acercó a él con una copa de vino en mano. No parecía precisamente estable, se notaba que llevaba ya unas cuantas copas de más, pero Jin no mostró señales de que lo notara o molestara, probablemente para no ponerse en malas migas con el posiblemente empresario.

Así que teniente general. Eso lo ponía solo por debajo de su padre, ¿No?

Sabía que Seokjin era una persona increíble y nunca dudó de él ni nada pero no tenía ni idea de que alguna vez fue considerado teniente general en Noir; eso explicaba por qué aquel escuadrón de asalto que se había metido a su casa años atrás lo obedecía sin pestañear. Después de todo él tenía todo el poder de destrozar sus carreras si así lo quería. ¿Cuál sería el rango de los otros, entonces?

La barra de tragos estaba casi vacía en aquel momento, principalmente porque la mayoría prefería más bien quedarse en sus lugares chismoseando y esperando a que algún camarero les ofreciera una copa de vino o champagne antes de ir a buscarlo por sí mismos. Era mejor así, se salvaba de tener que mantener conversaciones incómodas con gente que si lo conociera fuera de su papel pensaría en él como una sucia cucaracha; nada más que un insecto.

Se detuvo junto a una mujer que llevaba un elegante vestido azul y esperó a que el bartender volviera de traerle el trago a la señora. Casi sin darse cuenta, se le escapó un suspiro desganado. Realmente no estaba interesado en beber, pero quizás el alcohol le ayudaría a relajarse un poco.

—¿Por qué tan angustiado en una noche tan bonita como esta? —interrogó la mujer sin voltearlo a ver. Su cabello castaño claro le cubría el rostro desde su perspectiva—. Además eres tan joven, ¿qué podría estar molestándote tanto?

OPERATION: Decode | JinNam {Binary Code #2}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora