Clave #21

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Esperaron unos segundos luego de que se produjo el primer disparo. Contuvieron la respiración como si eso hiciera alguna diferencia, y luego Seokjin se puso de pie y asomó la cabeza por la puerta.

Todos los otros asociados estaban ya fuera de sus habitaciones, en pijamas y paños menores, correteando por los pasillos en dirección a las escaleras, pero no había ni señales de Jeonghan por ningún lado. Jin se volteó hacia él y con un gesto de la cabeza indicó que lo siguiera, pues obviamente dudaba que Jeonghan lo dejara faltar a lo que sea que estaba a punto de ocurrir.

Caminaron rápido pero sin hacer mucho ruido, avanzaron hasta las escaleras y bajaron al salón, donde encontraron al CEO con una pistola en mano. Una rápida inspección de parte de ambos corroboró que el disparo había sido efectuado contra el techo y no una persona. Seguramente solo había sido un método para despertarlos a todos y/o amedrentarlos lo suficiente. Namjoon apenas contenía las ganas de temblar, pero Seokjin se veía bastante calmado en comparación.

—Buenas noches, caballeros. Sigan hacia la biblioteca —pidió Jeonghan con tono amable, pero su mirada casi desquiciada no era para nada tranquilizadora.

Quizás para protegerlo de su anfitrión, Seokjin lo instó a pasar primero para hacerle de escudo con la espalda. Se hubiera quejado, pero no tenía muchas ganas de decir nada frente a Jeonghan; temía que cualquiera cosa que dijera pudiera terminar en una catástrofe. No sabía cómo podía Jin pretender que nada pasaba en una situación así, ni con todos sus años de experiencia le parecía lógico que en su estado mental actual pudiera poner tal cara de póker.

Se reunieron entonces en la biblioteca tal y como les fue ordenado. Todos los socios y Namjoon rodearon una mesa en la que descansaba un globo terráqueo y esperaron, temerosos y nerviosos, a que el señor Lee entrara. Los presentes podían ser magnates debiluchos, pero no eran estúpidos; eran conscientes de que algo malo pasaría en cuestión de segundos y definitivamente no querían ser ellos las víctimas.

—Bien, no demos muchas vueltas —empezó Jeonghan acercándose y rodeando al grupo hasta ubicarse en un lado cerca de Jin, de nuevo—. ¿Quién demonios fue el que filtró la información?

Namjoon apenas se controló lo suficiente para que evitar fijarse en el hombre por la sorpresa; definitivamente no se esperó que hiciera esa pregunta y menos que lo que sea que los hubiera sacado de la cama hubiera estado directamente relacionado con él. Casi como si pudiera leerle la mente, Seokjin le tomó de la mano discretamente y apretujó sus dedos, quizás en un intento de calmarlo.

Nadie respondió a la pregunta ni tampoco se atrevió nadie a levantar siquiera la mirada. Jeonghan esperó, quizás creyendo que solo necesitaban tiempo.

Pero el CEO no tenía tiempo.

Tomó el globo terráqueo que era fácilmente el triple de grande que un balón de fútbol y lo lanzó con violencia al otro lado del cuarto, donde se estrelló contra el suelo y se hizo pedazos con un ruido horroroso. Todos los presentes temblaron casi al unísono, pero siguieron sin decir nada o moverse.

—¡Cincuenta putos millones de dólares! —gritó Jeonghan golpeando la mesa con los puños, haciendo saltar de nuevo a todos menos a Jin—, ¡la puta filtración acaba de costarme cincuenta millones de dólares! ¡Estoy harto!

—Señor-

—Silencio, Jiwoon. No quiero oírlo —espetó de mala gana, pero segundos después una sonrisa iluminó su rostro—. Aunque si lo pienso, es bastante oportuna tu intromisión, mi querido Go Jiwoon. ¿Te imaginas por qué?

—No, señor —respondió. Le temblaba la voz demasiado para poder disimularlo.

—La otra vez cuando les pedí a todos sus laptops se las entregué a Daehyun para que corroborara ciertas cosas con respecto a nuestra extinta red —la sonrisa que se extendió por sus labios no auguraba nada bueno—. ¿Y adivinen qué, caballeros? Encontramos una filtración. Bueno, más bien, un robo de datos.

OPERATION: Decode | JinNam {Binary Code #2}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora