Clave #25

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De todas las personas que pudieron meterse al cuarto donde lo tenían atrapado, tenía que entrar el maldito de Lee Jeonghoon.

La sonrisa comemierda que tenía en el rostro solo empeoraba las cosas. Desde el primer momento que puso los ojos en él supo que no sería más que un niño mimado bastante problemático, pero cuando empezó a intentar seducir a Namjoon fue que empezó a verlo como un enemigo. No por celos ni algo banal como eso, sino porque había notado la ambición y el deseo de su padre en él y por ende, lo convirtió en un potencial problema mayor.

Tenía la edad de Jungkook pero ya era un dolor de cabeza tremendo. Que lo hubieran delegado al chico solo podía significar una cosa: Jeonghan estaba seguro de que su hijo podría con él, muy probablemente debido a la rabia y envidia con la que cargaba.

En cuanto el heredero le quitó la venda de los ojos, deseó al instante que lo cegara de nuevo. Cualquier cosa con tal de no tener que ver su cara de imbécil.

—¿Cómodo, Seokjin? —interrogó el menor empezando a caminar alrededor de la silla. Ni parpadeó al escuchar su nombre real.

—¿Dónde está Namjoon? —dijo Seokjin en vez de responder a su estúpida pregunta.

Jeonghoon se detuvo justo frente a él.

—Está encerrado en algún cuarto de este lugar, mi padre debe estar hablando con él —contestó sin dejar de sonreír con arrogancia. Seokjin quería tirarle todos los dientes de un puñetazo—, pero no te preocupes, no lo matará.

—Solo le hará daño y luego te lo entregará para que sea tu juguetito, ¿no?

—Tienes razón en la primera parte, pero no en la segunda —Jeonghoon se sentó en cuclillas para mirarlo desde abajo—. Una vez estés fuera del camino, no será demasiado complicado hacer que se fije en mí. La atracción es mucho más simple de lo que parece y yo soy muy paciente.

—Para ser un crío de veinte y pocos sí que estás mal de la cabeza —señaló el mayor intentando torcer las manos para soltárselas, sin éxito.

—Se llama tener ambición, Seokjin. Cosa que evidentemente no tienes.

—¿Siquiera me conoces?

—No hay información que el dinero o las amenazas no puedan pagar. Sé mucho sobre ti, tus amigos y tu familia, aunque admito que nada de eso me interesa.

No es que a Seokjin le importara demasiado, pero le daba la impresión de que si alguien de Noir había hablado por dinero, Younghwan no tardaría en encontrar al chismoso y en ponerle una bala en la cabeza menos. En Noir eran muy estrictos con las estúpidas normas y nadie se salvaba de un castigo; una traición podría significar incluso la muerte.

En todo caso no importaba cuánto supiera de él el chico. No cambiaba nada. La única razón por la que mantenía su identidad pasada en secreto era para no meterse en líos con la organización. De todos modos 092 estaba muerto.

O al menos inconsciente en algún rincón de su mente.

—Supe desde el primer momento en el que te vi que no eras más que un mentiroso. Soy bueno para ver falsedades —informó poniéndose de pie nuevamente—. Admito que casi me engañas, pero pude ver a través de tu acto. Por eso prefiero a Namjoon.

—No sé si lo notaste, pero cuando lo conociste se llamaba Minjae —dijo Jin con sorna. Ni Joon ni él habían sido honestos y le parecía ridículo que lo ignorara.

—Sí, es verdad, pero aun así no pretendía ser alguien más. Era Namjoon, pero con otro nombre que obviamente no quería usar.

—Dime una cosa, ¿en serio te dejaron venir a interrogarme solo porque quieres quitarme a mi novio?

OPERATION: Decode | JinNam {Binary Code #2}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora