Las bolsas ya estaban esperando por ellos en la entrada.
Namjoon hubiera preferido mil veces marcharse antes de que Taehyung despertara y dejarle una nota para ponerlo al corriente, pero justo esa mañana el menor pareció decidir que madrugar sería una buena idea. Jin y él estaban colocándose las chaquetas cuando el menor hizo acto de presencia, tomado de la mano de un bastante somnoliento Jimin; evidentemente levantarse no había sido idea suya en lo absoluto.
—¿A dónde van? ¿Y esas bolsas? —interrogó Tae jalando a Jimin para que lo acompañara al pasillo de la entrada. Con los cuatro parados allí, el espacio parecía mucho más reducido de lo habitual.
Por alguna razón extraña, Namjoon sintió que todas las fotografías colgadas en ambas paredes lo fulminaban con la mirada. Eran recuerdos de todo el grupo, normalmente imágenes que le subían el ánimo, pero en ese instante estaban teniendo un efecto sofocante en él, como si lo asfixiaran.
—Tenemos un asunto que atender en Naegok dong —dijo Seokjin sin más, colgándose la bolsa de viaje sobre el hombro—. Te esperaré en el taxi, Joon.
Seokjin era su ancla en situaciones así y que lo dejara solo bajo la mirada de su hermano pequeño era atemorizante. Cierto que lo más sensato era que discutiera todo con Taehyung a solas, pero no se sentía listo para tener que dar malas noticias, no después de todas las promesas que le había hecho al menor en los últimos años. Ni siquiera sabía bien qué estaba pasando, no podía darle una explicación decente.
Taehyung soltó la mano de Jimin y tras sonreírle, le murmuró que fuera a esperarlo en la sala. El enfermero pareció contento de obedecer: seguramente iría a recostarse en el sofá y a dormitar un poco más.
—El Servicio Nacional de Inteligencia se comunicó conmigo hace un par de días y requirieron nuestra presencia en el cuartel general —explicó Namjoon rascándose la nuca, desviando los ojos para no tener que enfrentar al más joven—. No sé qué es lo que quieren, solo nos dieron a entender que no podemos rehusarnos.
—¿Se comunicaron contigo? ¿No con Seokjin? —las preguntas salieron con fluidez de la boca de su hermano, como si no le sorprendiera—, ¿qué hiciste, hyung? Prometiste-
—No he hecho nada, Tae, te lo juro. Todo esto es muy repentino y aterrador para mí también.
—No quiero que me abandones —murmuró el menor y sus palabras sonaron como una súplica.
Aquello rompió su corazón en mil pedazos. El mayor se acercó y apretó a su hermanito entre sus brazos, sintiéndose repentinamente como la mayor escoria del mundo. De nuevo estaba dándole preocupaciones innecesarias al menor.
Contrario a lo que recordaba, su hermano menor ya no se sentía tan pequeño y frágil entre sus brazos. Antes le daba la impresión de que podría romperlo si no medía su fuerza, pero ahora estaba más robusto y crecido. Eso lo tranquilizaba un poco, pues demostraba que su tratamiento estaba yendo bien y por lo menos podría dormir por las noches mientras no estuviera cerca de él, sabiendo que no corría tanto peligro.
—No te voy a abandonar, pequeño. Prometo volver lo más pronto posible —susurró Namjoon contra su oreja. Taehyung lo apretujó de vuelta—. No debe ser nada complicado, apuesto a que todo irá bien.
—Solo cuídate mucho, ¿Sí? Y no te alejes de Seokjin.
—No lo haré.
Tras besar su frente y cargar con sus cosas, Namjoon salió del apartamento sintiendo un gran peso sobre los hombros. Las promesas que acababa de hacerle tenían todas las de ser vacías y estaba consciente de que Taehyung lo sabía, pero quería creer que de alguna forma u otra tendría razón. Tenía que ser positivo y pensar con calma: realmente no había motivos para que el NIS fuera un problema para ellos.
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OPERATION: Decode | JinNam {Binary Code #2}
RomanceDos años después de escapar de Noir y dedicarse a formar una vida normal y alejada de los riesgos del hacking y las misiones, la calma de Namjoon y Seokjin se ve interrumpida por lo que a simple vista parece ser un virus de computadora. || Segunda p...